Leer primera parte.
La historia relatada es la misma, pero contada por los dos protagonistas. El texto que narró en 1960 Rabadá está escrito en verde y el de 2003 de Villarig en azul.
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2ª parte:Alberto Rabadá: "Trepando por los estribos (Villarig) se sitúa de nuevo en el último clavo ¡buen clavo! Otro más arriba le ayuda a terminar el delicado paso, situándose en un "cornisín" desde el que se supera un pequeño nicho a la derecha".
Gregorio Villarig: "Salgo de la reunión nuevamente a libre, paso junto al clavo en la entosta que me había parecido una birria y que lógicamente me ha parado la caída. Sigo y un poco antes de llegar a las presas minúsculas clavo una pitonisa (fabricada donde yo trabajaba) de unos dos centímetros, es buena, pongo un estribo y desde él llego tranquilamente a la presa con forma de naranja y paso la panza"
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A.R.: "(Villarig supera) varias "pancillas" de menor proporción y me da las voces para que me prepare. Tras mis chemequeos en la que bautizo como "Panza del Lamento" y mis apuros para localizar por dónde ha pasado las "pancillas" de marras, llego a una buena cornisa, unos metros por debajo de mi compañero, al que diviso cómodamente arrellanado en otra mejor todavía"
G.V.: "A partir de aquí no sé qué me ocurre, el caso es que entro en un terreno que se me hace fácil, voy trepando pasando las panzas siempre por la izquierda al punto que se me olvida que los clavos existen. Veo una fisura para clavar en el centro del espolón y de repente me doy cuenta de que llevo muchos metros, unos veinte, sin clavar desde la pitonisa, que para el estribo vale, pero a efectos de caída no sirve y luego el clavo de la entosta que ya aguantó el tirón."
Aquí Villarig sigue relatando que, a pesar de que esta tirada hoy se hace en dos largos, él sólo puso tres seguros: el mal clavo que retuvo la caída, la pitonisa del estribo y una melilla que clava en el centro del espolón.
G.V.: "Los chemequeos y dificultades para localizar por dónde ha pasado las "pancillas" su compañero que relata Rabadá se deben a que el clavo está en el centro, la cuerda va lógicamente por el centro y él trata de pasar pasar por el centro hasta que cuando se aproxima a mí y ya nos oímos le digo que lo he hecho casi todo por la izquierda".
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A.R.: "Como la protagonista del cuento, no he contado con los imponderables; esta vez son mi joven compañero, quien se encarga de dar al traste con los proyectos con los que se inició la excursión por esta pared, pues a pesar de habernos subido hasta aquí material de vivac y "bombilleo" en una no muy pesada pero sí molesta mochila, de repente, se ha acordado de que se ha dejado el grifo del baño abierto. Tras asegurarme de que esto es cierto y que no influye para nada haber sufrido alguna lesión en su involuntario "retroceso", me quedo más tranquilo e iniciamos el descenso".
De forma rutinaria Villarig pregunta: -¿Qué hora es?-.-Las tres- contesta Rabadá que ya estaba estudiando cómo resolver el siguiente largo, que probablemente les iba a dejar muy cerca de la cima. Villarig no pensaba que hubiese pasado el tiempo tan rápido y le dice: -eh... pues tenemos que bajarnos-.
Rabadá no entiende nada, "estamos bien" dice "hasta la noche quedan muchas horas y seguro que hasta llegamos al suelo" a lo que Goito contesta "ya sé que llegamos al suelo, pero no al tren".
G.V.: "(Rabadá) se enfada un pelín y aunque no entiende nada, al final comprende que su situación no es la misma que la mía. (...)Yo soy un chaval de diecinueve años recién cumplidos(...) Perder el tren suponía que tus padres no te vieran llegar por la noche, que no había teléfono al que avisar y que pasarían toda la noche en blanco, toda la mañana del lunes y que llegaras entre la una y las dos del mediodía, o sea, que además del susto-disgusto que causabas, podría ocurrir que te despellejaran o, en tono menor, que te prohibiesen salir y, si todavía te quedaba resuello, el martes había que enfrentarse al jefe de personal de la fábrica y explicarle porqué no habías ido a trabajar. Éstos son los hechos y motivos que Edil resume con la frase "mi joven compañero se ha acordado de que se ha dejado el grifo abierto". Lo del material de vivac y el "bombilleo" (se refiere a la comida) debe de referirse a otra escalada o la que hizo con Navarro ¿para qué lo quería subir si jamás pensé en hacer vivac?".
Desde el lugar donde se encuentran contornean la cara interior del Puro y aparecen unos metros por encima de la piedra empotrada del collado del Puro. Destrepan hasta el rápel y desde ahí inician el descenso.
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Julio de 1960
A.R.: "El primer domingo de julio estoy otra vez en Riglos, aunque esta vez mi compañero es Navarro ya que con Villarig no he podido coincidir ningún domingo anterior y ahora anda haciendo méritos para que le den los días necesarios de vacaciones para poder ir a los Alpes"
G.V.:"Ha pasado casi un año y de repente a Rabadá le entran unas ganas inusitadas de ir a terminar la Norte del Puro. Estamos en julio y me propone ir, pero a mí me falta una semana para ir a los Alpes con Manuel Ansón. Tengo movida en la fábrica para que me den una semana de más, cosa difícil en la época (...). Le digo que imposible, el primer domingo que haya después de Alpes. Me dice que no, que pueden venir los catalanes (grupo de Anglada) y "pisárnosla", alegato que hubiera sido bueno de no haber sido porque los catalanes estaban también yendo a los Alpes (...). Intento convencerlo de que lo retrase, dice que se va a buscar otro compañero, se lo propone a Navarro que acepta encantado. Van y la terminan"
Tremendo. Me encanta. Hala, y el Villarig, echando metros sin acordarse de que los clavos existen... Yo quiero un coco así!
ResponderEliminarGracias Alex. Un besico
Excepcional, te superas Alex... Menudos titanes esto baturros eh!
ResponderEliminarHasta la vista alpinistaa!!