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Lo primero, la montaña

La triste y solitaria muerte de Rabadá y Navarro


Interesante artículo en Heraldo de Aragón.

"Les pongo en antecedentes: los aragoneses buscaban subir la pared norte del Eiger, en los Alpes suizos, la que entonces era la escalada más temible del planeta. Y se quedaron a 300 metros de conseguirlo. Una feroz tormenta, el agotamiento físico y el frío extremo acabaron con sus vidas. Así contaba Luis Alcalde, compañero de la expedición, las últimas horas de vida de Rabadá y Navarro"

Continuar leyendo en el blog Tinta de Hemeroteca sobre la muerte de Alberto Rabadá y Ernesto Navarro

Edito: Unos días después, se publica un nuevo artículo en Tinta de hemeroteca sobre las escaladas del Espolón del Firé (Riglos) y el Espolón del Gallinero (Ordesa)

Murciana / Vía Alberto Rabadá al Pisón (Riglos): reseña y croquis

En las navidades de 1964 en el pueblo de Riglos se vio una curiosa estampa; como si de un enorme belén viviente se tratase, una estrella navideña de tres metros de longitud, decoró el paisaje del pueblo mientras duraron las fiestas. Aquella estrella de navidad fue ascendida por Ursi Abajo y Carmelo Royo por un sistema de fisuras que ascienden la muralla oeste del Pisón, que por aquel entonces estaba surcada sólo por la vía Serón-Millán y su profunda y característica chimenea.

La colocación de la estrella fue grabada por Miguel Vidal, dando origen a un cortometraje llamado "Una estrella en la escalada" de la que el propio Vidal contaría los detalles: "A Félix Cruchaga, Presidente de la sección de montaña del Centro Natación Helios, se le ocurrió poner un Belén en Riglos. Se encargaron Ursicino Abajo, Carmelo Royo, Angel López y yo, que me ofrecí para filmarlo. Teníamos que instalar una estrella a suficiente altura e instalar un belén a sus pies. Vino bastante gente y luego se cantaron villancicos. En fin, fue una auténtica fiesta ya presagiando las Navidades. Vino bastante gente del pueblo a contemplar esto. Les pareció una idea muy grata, muy simpática eso de que instaláramos un belén en el pueblo. Tuvo mucho éxito esta película allá en Riglos cuando se pasó."

Aquella vía por la que se subió la estrella en un par de largos, quedó inconclusa. Ursi abrió al año siguiente la Carnavalada por el mismo centro del Pisón y poco después se trasladó a vivir al valle de Tena, dejando para otras cordadas la solución de continuidad hasta la cima del mallo por el itinerario que había comenzado.

Miguel Ángel y José Luis García Gallego
Llegamos a los primeros días del año 1976 y aparece en Riglos un importante escalador ya en aquella época. Miguel Ángel García Gallego, "el murciano", ya ha destacado en el panorama vertical español por varias actividades: con 21 años realizó la primera invernal de la Oeste del Naranjo (que previamente se había cobrado las muertes de Patxi Berrio, Ramón Ortiz y José Luis Arrabal en dos accidentes diferentes), la Murciana del Tozal del Mallo y la Directísima Invernal del 74 un año después, son sus actividades más destacadas, independientemente de las importantísimas escaladas y expediciones que vendrían después, incluyendo la primera ruta abierta por extranjeros en Yosemite, la Mediterráneo.

Junto con su hermano José Luis, a lo largo de doce días de enero de 1976 van abriendo la vía por la oeste del Pisón, completando finalmente -incluyendo un vivac en pared- la primera ascensión y dejando la vía equipada. El nombre original de la vía, Alberto Rabadá, a quien Miguel Ángel García Gallego tanto admira, quedó ensombrecido por la fama del "murciano", ya que desde los primeros tiempos se le denominó la vía del murciano o "la murciana" como la conoce hoy en día todo el mundo.

Llegados a este punto, es justo reconocer que en la toponimia riglera ya hay unos cuantos espacios con el nombre o el alias de Alberto Rabadá (Edil): la vía Alberto Rabadá (Murciana), la vía Edil de la Aguja Roja y la Edil de la Peña don Justo, la Félix Méndez más conocida como la Rabadá-Navarro al Fire -mismo caso de la norte del Puro, que también se la conoce como Rabadá-Navarro) o incluso, por confirmar, la Cornisa Edílica que rodea el Pisón a unos 20 metros de su cima. Así que para poder diferenciar esta vía de el resto de "rabadás" es una consecuencia lógica que el nombre que haya triunfado en este recorrido haya sido el de "la murciana".

Sobre la primera repetición en el día realizada por Rainier Munsch "Bunny" y Dominique Julien, quiero copiar un texto de Jesús Bernal sobre sus vivencias observando la escalada junto al "Murciano": "Los franceses, Bunny, Julien, etc. hicieron antes que nosotros la Rabadá-Navarro del Firé pero con vivac y al respecto de su rapidez te contaré que hicieron también en aquel tiempo la primera repetición de la Rabada al Pisón, ésta en el día. Recuerdo que estábamos en el pueblo con el Murciano siguiendo la escalada y éste nos había dicho unos días antes que pensaba que una cordada muy entrenada y bien compenetrada podría repetirla en tres o cuatro días, cuando vimos que iban a salir en el día, el Murciano alucinaba; recuerdo textualmente sus palabras: se tira como un gato, se están jugando la vida, no quieren vivaquear y se la están jugando."

Parte inferior de la vía desde la cuarta reunión.

Miguel Ángel García Gallego volvió a Riglos sólo 4 meses después de la apertura de la Alberto Rabadá para abrir de nuevo la fisura Gallego-Carrillo al Firé y de nuevo con su hermano José Luis para la apertura de la Mediterráneo también en el Firé, esta vez en junio de 1981. No fue la única apertura murciana en esos años en Riglos, ya que en 1978 Sevi y Lozano también dejaron su huella en la Directa de la Visera. Quiero hacer notar el gusto de los murcianos de la época por las aperturas invernales, batiendo auténticos records de permanencia en pared.

Reseña de la vía:
Final del 6º largo, tras superar el paso de 6c
L1: Típico diedro riglero, con alguna excursión entre paraboles en zona fácil. Los pasos más complicados están bien protegidos. 6b
L2: Largo entretenido de fisura con dos pasos complicados en un pequeño techito que se sortea por la derecha y otro paso a la entrada en la reunión. 6a+
L3: Secuencia de fisuras con tendencia en diagonal a la izquierda al principio y luego recto. Largo muy disfrutón. 6a
L4: De bolo a bolo siguiendo las abundantes marcas de magnesio. 6a
L5: Otro largo de mucho canto, pero que comienza a desplomar de manera sutil pero inmisericorde. No hacer caso a algún anclaje antiguo al principio del largo y buscar la zona más fácil (el magnesio de las cordadas precedentes nos lo dirá). 6a+.
L6: Largo clave. Diagonal hacia la izquierda para buscar la panza de 6c, bien asegurada pero muy obligada en el paso, incluso en A0. Estribo más que recomendable para quien vaya justo en el grado. Final de largo duro, romo y pulido, aunque sin problemas en A0. 6c
L7: Largo vertical con paso duro al final del largo con un viejo cordino salvador para quien se quiera trincar. 6b
L8: Salir con tendencia a la derecha, superar una panza y paseo hasta la cima. Montar reunión en argolla de rescate o en una sabina unos pocos metros más arriba. 6b+

Y así la suben los valientes. Alex Huber, en solo:



Edito: Chema en los comentarios recomienda la opción de enlazar largos: L2 + L3 (unos 65 m) con cuidado al rozamiento ya que es diagonal y conviene poner alargamientos en las cintas y L4 + L5, la mejor opción, unos 60 m buenísimo.



Vía Cintero al Puro (Mallos de Riglos)

Enlaces relacionados:
Escalada de la Normal del Puro
Escalada de la Norte del Puro
 
Ambrosio, Valentín y "Lalo"
El 7 de septiembre de 1975, 22 años después de que su cumbre fuera pisada por primera vez, el Puro conoce la tercera de las cuatro vías que surcan cada una de sus cuatro caras. Los cordada formada por Valentín Asensio, Gonzalo Prado "Lalo" y Ambrosio García-Izquierdo logran terminar una difícil y laboriosa vía que recorre la cara interna del Puro, allá por donde se rapela desde la cima. Habían pasado 15 años -desde que Rabadá y Navarro terminaran la norte del Puro- sin que se completara ninguna apertura en el que quizás sea el mallo más simbólico de Riglos. En 1980, Fernando Cobo logró culminar en 12 largos de pésima roca y escalada expuesta otra de las viejas aspiraciones de los habituales a Riglos; la vía Helios, que recorre toda la cara exterior del Puro.

Tercer largo de la Cintero
Los aperturistas escalan la cara este del mallo en cinco largos, el último de ellos compartido en su parte final con la vía normal que abrieran en su día M. Bescós, Rabadá y "Cintero". Es precisamente a Ángel López Martínez "Cintero" -al que le sigue como una sombra la manida coletilla de "el-superviviente-de-la-mítica-cordada-que-conquistó-el-Puro"- a quien dedican la escalada y ponen su nombre a la vía, cotándola como MD  (VI- en la graduación de la época, con varios tramos de A2). Las primeras guías recomendaban llevar ferralla de precisión: pitonisas, tacos de madera para falcar los clavos de todas las medidas, chapas recuperables y fisureros para progresar por el "conglomerado de mediana calidad, muy liso y difícil de clavar".
Vía Cintero desde el collado del Puro

Tras esta apertura, pasan los años y no parece que esta ascensión atraiga a muchos escaladores que, para subir al Puro, se inclinan preferentemente por la vía normal o, en menor medida, por la vía de la cara norte. La calidad de la roca, la precariedad de los seguros y la dificultad global de la vía no son buenas cartas de presentación para los pretendientes a este mallo. Este recorrido parece condenado a caer en el olvido, sin embargo en 1996 dos excelentes escaladores como son Chiro Sánchez y Javier Arnaudas logran ponerle el punto rojo, entre muchas otras vías en Riglos como la Picazo y la Luis Villar al Firé, Micomicón al Pisón, la Corzán al Frechín... a la Cintero dándole una dificultad de 6a+, grado que hoy en día se ha aumentado a 6b. En palabras de Chiro:
Equipamiento actual
"Todas estas ascensiones se realizaban con el respeto más absoluto por los itinerarios y sus aperturistas, con una ética muy estricta, sin instalar ningún seguro de expansión y colocando sólo protecciones móviles (puentes de roca, clavos, fisureros o friends). La idea era liberar los largos el primero de cordada, colocando las protecciones necesarias en libre, sin usar escalada artificial siempre que fuera posible".

Tenemos que esperar a 2008, con la restauración de anclajes realizada por Toño Carasol, para que esta ruta empiece a recibir con más asiduidad a los visitantes. Algún parabolt situado estratégicamente en los pasos duros, algún pequeño retoque en el itinerario y las reuniones a prueba de bombas logran atraer a más escaladores hoy en día que lo que lograba el vetusto y limitado equipamiento de hace unos años. Sobre la vía reequipada, Ambrosio García-Izquierdo comentó lo siguiente: "La tierra gira y gira y el destino parece que está en el mismo ritmo. No sé muy bien porqué pero últimamente parece que los mallos son mi casa, este verano (caluroso) he disfrutado repetidamente de ascensiones a mis queridos mallos.
Un buen día Toño Carasol me llamó con la idea de reequipar la vía Ángel López (seria y comprometida), con apenas media docena de repeticiones. Repetí algunas vías reequipadas por él, como la Norte del Puro; salí como no, con un profundo sentimiento de bienestar, reconociendo lo que fue la vía y lo que es ahora. Hay que admitir el cambio.
Comenté con Valentín Asensio y Gonzalo Prado la idea de maquillar la vía, a lo que no se opusieron. Confieso que más de una noche pensaba en si estábamos haciendo lo correcto, sustituir pitonisas y buriles por parabolt. El buen hacer de Toño y Manolo, que subieron la vía como nosotros la abrimos, les dio el juicio para reequiparla correctamente.
Así que a 33 años 1 día (como los penados) me veo con Toño por esos lares, ¿qué va decir un padre de sus hijos? La vía ha quedado maravillosa, una joya. Quedan recuerdos de la primera ascensión, como símbolo, Material a utilizar 10 cintas largas. Con sabor alpino. Reseña en la pagina de Inazio.Salu2 Tito.".

Final del segundo largo
 Ahora la Cintero se hace en 3 largos y se puede dar por terminada en la potente reunión que marca el primero de los rápeles del Puro, pudiendo llegar a la cima siguiendo cómodamente el cable. No obstante, hay que advertir a los "paraboltoinómanos" que tras la restauración, el itinerario no ha quedado -afortunadamente- como una vía deportiva; la calidad de la roca, sobre todo en el último largo, sigue siendo muy dudosa y alguno de los puentes de roca que nos vamos a encontrar son más bien precarios. Es recomendable no ir muy justo en el grado y tener algo de experiencia en la roca riglera para disfrutar de esta escalada.
 
Entre las recomendaciones y avisos para quien quiera realizar la vía, habría que incidir en dos puntos. Las aglomeraciones habituales a la hora de subir al Puro afectan muy negativamente a la Cintero por dos motivos: el primero de ellos es que si no somos los primeros en subir al Puro, lo normal será que quién esté rapelando nos moleste en nuestra escalada, ya que la vía va por la misma línea del rápel, llegando a imposibilitar la escalada por las cuerdas en tensión de quien desciende. El segundo motivo es que, mucho o poco, es inevitable mientras escalamos terminar tirando piedras a la chimenea del Puro, siendo peligroso para quien pase por debajo subiendo o rapelando. Tenedlo en cuenta y elegid horas, días o épocas en las que no nos vayamos a encontrar mucha gente circulando por la chimenea del Puro.
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