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Lo primero, la montaña

Aguja Gómez Laguna (Riglos): reseña y croquis


Homenaje a Luis Gómez Laguna 20oct1957
El Gómez Laguna -que no sé muy bien si hay que denominarlo mallo, aguja o monolito, como le denominaron los primeros ascensionistas- se puede enmarcar dentro de los mallos olvidados. Tristemente famoso por el oportunista homenaje oficial y toponímico que el ayuntamiento de Riglos ofreció a don Luis Gómez Laguna cuando llegó a la alcaldía de Zaragoza esta aguja, que vista de perfil parece que se echa hacia atrás ante la presencia de la Aguja Roja, no ha vuelto a vivir la abundancia de cordadas que en tiempos recorrían sus paredes. Es curiosísimo que, a pesar de que su aproximación es exactamente la misma que para la archivisitada Normal de la Aguja Roja, pocas cordadas se atrevan a intentar su escalada. La falta de datos sobre este mallo -algo que se ha hecho desgraciadamente indispensable en nuestros días- y el terrible aspecto desde la cara norte de la Aguja Roja lo han condenado injustamente al ostracismo en la comunidad escaladora.


Los primeros años de escalada en el Gómez Laguna, que hasta su primera ascensión fue conocido como "el pimiento", fueron una concatenación de "primeras" favorecidas por su abundancia de fáciles cornisas, que permitían cierta libertad a la hora de elegir el itinerario, y su cómodo acceso por la cara norte desde el Hijo. De esta manera, en los 10 años que siguen a su conquista, se registran hasta 7 variantes (y variantes de variantes) para acceder a su cima a la que, curiosamente, sólo llega un largo, es decir, todas las vías de este mallo convergen en una única tirada final.



En el puente de roca
Primera ascensión al monolito "Gómez Laguna"
Montañeros de Aragón. Riglos 6-Oct-1947

Se comenzó la escalada a las 9 de la mañana con tiempo bueno pero con aire huracanado.
Su ascensión empieza por una chimenea de unos 20m. de altura. A continuación por medio de una doble cuerda se salva una pared vertical completamente de unos 12m. hasta llegar a una repisa muy [ilegible] en donde hay que hacer un paso horizontal (hacia la derecha) por donde se coge una chimenea que conduce hasta otro rellano. Desde entonces se vuelve a coger la pared por la parte que está enfrente a la "Aguja Roja" continuando así hasta la cima a la que llegamos a las 6'30 de la tarde, empezando el descenso a las 7 después de dejar el buzón debajo de la piedra grande que se encuentra en la cima, haciendo los rappels de repisa en repisa ya completamente de noche terminando el descenso a las 9 de la noche.
Está 1ª ascensión al monolito "Gómez Laguna" la dedicamos:
Ángel Serón a Goyita Monje

Antonio Ansón a la srta. Mª de las Nieves Ubide Sánchez
Francisco Fau Campmany a la simpática y bonita Marujita Asún de Riglos
 
Vía Normal. Ficha técnica:
Largo 1: Ascender al puente de roca que une el Gómez Laguna con la Aguja Roja desde la canal oeste, una especie de diedro tumbado que no llega a ser chimenea, de escalada muy fácil pero desequipado, a excepción de un par de puentes de roca. Reunión en dos viejísimos buriles situados encima en la pared del Gómez Laguna, ya encima del puente de roca. III+, 25 metros. Una manera más común de llegar al puente de roca es utilizar la entrada directa, que es el mismo recorrido que se hace actualmente para la Normal de la Aguja Roja.
Primeros largos Gómez Laguna
Largo 2: Bonito muro equipado con clavos y parabolts (6a/ Ae) que nos deja en una fácil y larga cornisa que se recorre hacia su derecha hasta el final, ya en la cara este, donde encontramos una reunión con dos paraboles (chapas sin argolla). 6a/Ae, 30 metros. Hasta aquí, en tiempos, se podía llegar por otra variante que llegaba directa desde el suelo, pero la descomposición de la roca y la gran cantidad de vegetación que se encuentra en la base en la actualidad, no hace recomendable su escalada.
Reunión intermedia 3er largo de la Normal
Largo 3: Remontar el diedro que forma el muro con la entosta de la derecha hasta situarnos encima de dicha entosta, donde existe una vieja reunión de dos buriles que no montaremos. Continuamos por el muro de encima de esa vieja reunión con ligera tendencia hacia la izquierda, hasta llegar a una sabina que da entrada a otra gran cornisa. Unos metros a la izquierda de la sabina, de nuevo en la cara sur, reunión de dos pes expansivas. IV+, 35 metros.
Largo 4: Andando por la repisa hacia la izquierda, descender un pequeño escalón con sabina donde encontraremos una reunión moderna (instalación de rápel) que no montaremos, sino que seguiremos unos pocos metros hasta llegar al espolón oeste, donde existe otra reunión con dos paraboles y un viejo clavo. III, 15 metros. Gestionando bien el roce de las cuerdas, es posible enlazar los largos 3 y 4.
Largo 5: Bonito largo, vertical, aéreo y mantenido en el que de nuevo nos aparecen los paraboles entre los clavos. Reunión en sirga. V, 20 metros.
De aquí a la cima nos queda subir un par de metros ayudándonos de cuerda fija.

Descenso: Desde la última reunión, hacer un rápel de 20 metros por la cara sur hasta llegar a la instalación de la última cornisa. Desde aquí, con cuerdas de 60 metros llegaremos muy justos hasta el suelo aunque es más recomendable tratar de llegar hasta el puente de roca con un fácil péndulo y hacer un rápel más para quitarnos de la vertical y evitar las peligrosas piedras que tiraremos al recoger las cuerdas.
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Rápel del Gómez Laguna
Las siguientes ascensiones no siguieron el itinerario original. La segunda escalada fue realizada el 5 de abril de 1950 por Víctor Carilla, que moriría pocos días después en el Puro, Ángel Serón de nuevo y Julio Hernando. Sobre la nueva vía, la piada no ofrece ningún dato aclaratorio; simplemente se limita a decir que "la ascensión fue efectuada por diferente sitio que la primera vez" -¿quizás por el sur desde lo que más tarde se llamaría "el aborto"?- y sí explica los problemas que tuvieron en el descenso al quedarse las cuerdas enganchadas y verse obligados a destrepar desde el puente de roca hasta el suelo para volver al día siguiente a recoger el material abandonado.

Algo parecido sucede con la vía Directísima (la llamaré directa de 1954 para diferenciarla del resto de entradas y variantes) de Montaner, Orobitg y Rabadá el 19 de marzo de 1954 y que supuso la tercera ascensión. La escueta piada dice "Cordada de Montañeros de Aragón. Ascensión realizada con lluvia y fuerte viento y mucho frío. La subida nos costó 9 horas y la bajada casi otras tantas."



Vía directa de 1954. Ficha técnica:
Largo 1: Ascender al puente de roca que une el Gómez Laguna con la Aguja Roja por el diedro este, coincidiendo con el recorrido habitual para ascender a la Normal de la Aguja Roja. Al situarnos encima del puente de roca, continuar por el muro que lo domina y que está equipado con clavos y parabolts (6a/ Ae) el cual nos deja en una fácil y larga cornisa que se recorre unos pocos metros hacia su derecha. Desde el puente de roca hasta aquí, coincide con la vía Normal. Escalar el breve muro que domina esta cornisa (más fácil cuanto más a la derecha) y escalar un cortísimo diedro hasta llegar a otra cornisa donde existe una reunión con 3 buriles y dos pes expansivas. 6a/Ae, 35 metros. Si no hemos gestionado bien el roce, podemos montar reunión en la sabina que hay a la derecha o en los buriles detrás de ésta y, una vez reunidos, trasladar la reunión a las "pes" haciendo un corto y fácil largo en travesía a la izquierda.
Largo 2: Bonito largo, vertical y mantenido, escalando con cierta tendencia hacia la izquierda donde alternan los clavos con los paraboles. Ya al final, el muro se vuelve menos vertical y la dificultad decrece. Encontraremos una reunión moderna (instalación de rápel) que no montaremos, sino que seguiremos unos pocos metros hasta llegar al espolón oeste, donde existe otra reunión con dos paraboles y un viejo clavo. 6a/Ae, 25 metros.

Último largo del mallo
Largo 3: Coincide con el lago 5 de la vía Normal. Bonito largo, vertical, aéreo y mantenido en el que de nuevo nos aparecen los paraboles entre los clavos. Reunión en sirga. V, 20 metros.
De aquí a la cima nos queda subir un par de metros ayudándonos de cuerda fija.

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El 16 de abril de 1954, en plena Semana Santa, los escaladores catalanes J. Nubiola, J.M. Torras y J.M. Anglada realizan la 4ª ascensión al Gómez Laguna, realizando la primera repetición de la vía normal. Su relato es el siguiente: "Como no conocemos bien esta parte, perdemos bastante tiempo tratando de localizar la "Gómez Laguna", nos encaramamos encima de un puente rocoso que separa dos monolitos y optamos por el más pequeño. En escalada totalmente libre, pues sólo clavamos dos pitones a la salida para superar un desplome, llegamos a la cumbre al cabo de 4 horas y vemos que, efectivamente, estamos en la cumbre de la Aguja "Gómez Laguna" habiendo efectuado la 4ª ascensión. Es una escalada sumamente expuesta debido a la mala calidad de la roca que se suelta muy fácilmente, lo que impide disfrutar a fondo. Bajamos en tres "rappells" casi a obscuras y a las 9 estamos de regreso en el pueblo". Poco después, "Cintero" y de Pablo realizan la 5ª ascensión por la ruta que denominan "vía Puente-Chimenea" -con toda probabilidad, de nuevo la vía original-.

La 6ª escalada al Gomez Laguna fue realizada por Rafael Montaner y José Antonio Bescós de nuevo con apertura, llamando a la vía Cuerviñán Norte, aunque intriga el hecho de que digan que hicieron la 3ª ascensión al Hijo. Si ellos hicieron la 3ª, ¿quién hizo la segunda? ¿Quizás Carilla, Serón y Hernando en la segunda absoluta al mallo? Si es así, ¿qué ruta realizaron desde ahí? ¿había una Cuerviñán sur? El nombre quizás haga referencia al balcón de Cuerviñán en Mezalocha, donde Montaner y Rabadá abrirían más tarde, en 1959, el famoso diedro, pero eso son mis conjeturas. El relato no despeja muchas dudas:
"Cordada del GEMA compuesta por Rafael Montaner y José A. Bescós, haciendo el hijo por la cara norte y bajando por la cara sur, comenzando la escalada al Gómez por la canal existente entre éste y un mallo adherido a esta pared siendo bautizado con el nombre del Aborto. Desde allí por una travesía horizontal descendente hacia la izquierda alcanzamos la tercera repisa, dándole la vuelta al mallo y continuando la vía normal hasta la cima (...) Riglos, 13 de junio de 1956". El 22 de julio de ese mismo año, esta vía vuelve a ser repetida por R. Ligorred, P. Peña, E. Vicente y A. Virgili calificándola de "vía magnífica", pero sólo 3 días después, J. Vicente "Nanin" y Pepe Díaz, que acceden al Aborto por la Chimenea del Zarzal, realizan la siguiente calificación: "Un poco moñudo el paso horizontal". Tan "moñuda" debió de parecer la escalada a Pepe Díaz que junto con Francisco Molina en noviembre de 1956 firma la "1ª variante a la vía Cuerviñán Norte" de la que no aportan ningún dato técnico. Sobre la entrada directa por la cara este y hoy en día impracticable a causa de la vegetación, no he encontrado ni fecha de la apertura ni los autores. La antigua guía de Riglos de Montaner y Orús, no obstante, desaconseja esta escalada sin mencionar la vegetación: "Itinerario poco recomendado por la acusada descomposición de la roca".

En la travesía de la Cuerviñán Norte
En la actualidad, 3 vías se podrían recomendar para quien quiera subir a esta afilada aguja:
La Normal: itinerario sinuoso, pero fácil y evidente. La roca en la cara este no es del todo buena y está comida algo por la vegetación, lo que afea algo la escalada.
La Directa: más elegante que la Normal al no salirse de la cara sur y no hacer tantas travesías, aunque resulta algo más difícil. En términos generales, más recomendable.
La vía de las Ñapas (espolón oeste): Abierta el 28 de marzo de 1970 por F. Monzón, R. Fayos y P. Alcay. Recientemente reequipada.

La escalada desde la cara Norte -llegando a la entosta del Aborto por la chimenea del Zarzal o rapelando desde el Hijo- no es muy recomendable. Las escaladas ni son más directas, ni más rápidas, ni más elegantes, ni mejoran significativamente las características de las vías de la cara sur a la que, de todos modos, hay que volver para ascender a la cima.

Dos notas anecdóticas sobre esta aguja y sus piedras. La primera: existió en tiempos en la cima una piedra enorme a la que Serón hace referencia en la piada de la apertura y que alguien sin otra cosa mejor que hacer empujó al vacío. La segunda: el accidente que sufrió en 1963 el doctor (aunque por entonces no era doctor) José Ramón Morandeira en este mallo y que desde entonces le valió el alias de "Morrofiemo". En el libro que se publicó en Montañeros de Aragón en conmemoración del 75º aniversario de la fundación del club, Morandeira explica el accidente y el origen del mote. Cuelgo aquí un extracto:
"Aquel día había ido a escalar a Riglos en compañía de mi inseparable amigo Luis Gutiérrez: el inefable, auténtico e irrepetible Guti. Madrugamos poco para no variar y se nos hizo tarde. Así que, para no perder el tren, decidimos ir a los mallos pequeños: al Gómez Laguna, detrás del Cored, que aún no lo habíamos hecho. Tras gran subida y bajada por donde no era, cuya dirección técnica asumió al completo el Guti que en estos menesteres era un maestro, llegamos al suelo.  Allí, ya seguros, el Guti permitió que me hiciera cargo de la delicada maniobra técnica de recuperar las cuerdas del rápel. Tiré de una, me pareció que estaba atascada y miré hacia arriba justo a tiempo de recibir en plena boca el impacto de un pedrusco, desprendido desde lo más alto.
¡Ay, ay, ay!, gemía yo con los labios destrozados, escupiendo sangre y trozos de dientes rotos ¡Si es que no te puedo dejar solo!, murmuraba el Guti al tiempo que me daba aire para el mareo y me limpiaba la sangre con un trapo (él lo llamaba pañuelo).
Pasó un buen rato. Deje de sangrar. Me dolía pero, pese al destrozo, no demasiado. Le pedi al Guti que bajara al pueblo y avisara a la Guardia Civil para que subieran a echarnos una mano, pero se nego: antes muerto que mezclado con picoletos; se lo impedía su ancestro gitano. Así que recuperó las cuerdas sin más incidentes, recogió todo en la mochila y tiramos glera abajo. Alcanzamos el camino del pueblo sin mayores problemas y, como yo no podía hablar, lo hacía él, animando: "Desde luego, macho, vaya morro de fiemo tan chungo se te ha quedado, como no comas por el culo lo tienes claro". Así, todo el camino andando hasta el pueblo en plan simpaticote. Aunque, eso sí, tuvo el gesto generoso de llevar todo el peso y me ayudaba cuando había algún mal paso: "No vayas a caerte, te vuelvas carafiemo a más de morrofiemo y me vengan los de tu tribu con historias, que son muy fachas"."

Normal de la Aguja Roja (Riglos). Reseña y croquis.

La historia de la escalada en los mallos pequeños y macizo de los Fils se inicia justo un año después de la importante conquista del Pisón. Francisco Peiré, quien precisamente fue uno de los conquistadores del Pisón y que en esas mismas fechas había abierto la vía que lleva su nombre a la cima del Firé, participa también junto a Á. Serón y T. Sami en la conquista de la cima de la Peña Don Justo el 3 de abril de 1947. Con esa escalada, comienza una frenética actividad de "primeras" en los mallos pequeños, macizo de los Fils y mallos de Agüero, cuyas conquistas son casi sincrónicas; de hecho, el mismo Serón, junto a Millán y Lagüens es quien 10 días después de lograr la Peña Don Justo consigue la Peña Sola de Agüero.

No hay que esperar mucho para registrar otra "primera" en ese mismo año de 1947. El 3 de mayo un nutrido grupo de escaladores del Frente de Juventudes consigue escalar el pequeño mallo Chichín, en apenas un largo de cuerda; con esa modesta conquista que los ascensionistas declaran "magnífica para principiantes" se logra la primera cima de los mallos pequeños, seguida tres semanas después por la escalada más clásica y repetida de los mallos chicos: la Normal de la Aguja Roja.

Por lo curioso que es el texto en cuestión de toponimia, me gustaría transcribir íntegro lo escrito por Francisco Fau en aquellos días. Los tachados son también transcripción exacta del texto original:

"Día 1º de junio. Salimos hacia la cueva Carasol con el fin de escalar el "Pimiento" creyendo que entre la punta de la izquierda (a la que hemos bautizado con el nombre de "Hijo") existía un puente como el que hay entre el "Pimiento" y la "Remolacha" "Aguja Roja" (el de enmedio y derecha respectivamente) pero íbamos subiendo y el "puente" que no aparecía, así es que nos quedamos con las ganas de hacer el "Pimiento", pero al fin y al cabo el "Hijo" es una primera escalada, por lo que no estamos tan disgustados.

(...) Día 4 de junio. Nos dirigimos otra vez a la "Remolacha" "Aguja Roja" pues ha amanecido con sol pero "posiblemente habrá tormenta", nos dijeron, predicción de la que no se equivocaron pues [ilegible] en la cima apenas podíamos estar de pie a causa del fuerte viento.
Iniciamos la escalada a las 10'30 coronando la cima a la 1 sin más incidentes que el haber caído los martillos y el buzón al llegar a una especie de chimenea que hay cerca de la cima. Después de hacer un colosal buzón de piedras y poner una bandera con la camiseta de Serón y [ilegible] el papel de las firmas en mi pañuelo y en una zapatilla bota de escalada iniciamos el descenso, 2 de la tarde, llegando al suelo a las 3'30."
Antiguos nombres del Gómez Laguna y la Aguja Roja
No tardaron mucho las cordadas en repetir esta escalada. Para liar aún más si cabe el lío toponímico del que ha sido, junto al Puro, el mallo de los tres nombres (ver entrada sobre toponimia de la Aguja Roja), la cordada de Guías Montañeros del Frente de Juventudes de Zaragoza que realizó la segunda repetición el 5 de junio de 1947 escribe en el libro de registro: "Queríamos llamarla Peña "Aragón", pero se nos adelantaron los botánicos", en referencia al nombre inicialmente atribuido de la Remolacha. Que hagan referencia a los botánicos me hace pensar que la sustitución del nombre de Remolacha por el de Aguja Roja sea posterior a 1947 y que la piada de Francisco Fau todavía no hubiera sido corregida en el libro de registro. En todo caso y como curiosidad, hubiera sido un caso único y esperpéntico de la existencia de un mallo al que le han atribuido cuatro nombres diferentes.

Como otro documento histórico más, el 14 de octubre de 1951 un joven Alberto Rabadá registra con su firma su primera escalada en Riglos, la que supone ser la 6ª ascensión de la Aguja Roja en el libro de piadas, aprovechando dicha ascensión para dejar el buzón de registro que no pudieron dejar los primeros ascensionistas, aunque dos años después Fernando Cantero y Antonio Virgili avisan que no han encontrado dicho buzón. No me resisto tampoco a enlazar el post que publicó Gregorio Villarig sobre su primera ascensión a la Aguja Roja en la que no pusieron ni un solo clavo. Por cierto, es curioso que al igual que los aperturistas, también tuvieron problemas con sus martillos en la escalada.
3er largo de la Normal de la Aguja Roja
La escalada a la Aguja Roja, originalmente se realizaba subiendo al puente de roca por el diedro-chimenea oeste, mucho más fácil, aunque más largo y hoy en día prácticamente desequipado. La Normal de la Aguja Roja se ha convertido en una gran clásica de iniciación a la escalada riglera, ideal como primera toma de contacto con los bolos. 

Ficha técnica:
Aproximación: desde el parking de los mallos pequeños, junto a la balsa, tomar el camino de San Román (GR-1) que se dirige hacia el macizo de los Fils. La pista en buen estado no tiene permitido el tránsito de vehículos a partir de la balsa.
Cuando estemos situados a la altura entre el mallo Cored y la Aguja Roja, estaremos atentos a un sendero que parte hacia arriba y suele estar indicado con un hito de piedras. Desde ahí, y con precaución de no desviarnos hacia el Cored, rodeamos por la izquierda (oeste) la Aguja Roja y nos internamos por la canal que separa la Aguja Roja del Gómez Laguna, pasando por debajo del puente de roca que une ambos. En el rellano que forma el collado entre ambos mallos, comienza la escalada.

Largo 1: Por el diedro formado entre la pared del Gómez Laguna y el puente de roca, ascender aprovechando alternativamente ambas paredes o la fisura entre las dos hasta situarnos encima del puente de roca. Pasos algo atléticos que nos pueden coger en frío si no se está muy acostumbrado a esta escalada. Cruzar el puente de roca y en la pared de la  Aguja Roja, encontramos la reunión. V, 20 metros.
Rápel en la Aguja Roja
Largo 2: Ascender por terreno fácil en ligera diagonal hacia la izquierda hasta la primera chapa, algo alejada. Continuar en la misma dirección hasta llegar a una grieta (hasta aquí se puede llegar directamente desde el suelo por una variante) y cuando un pequeño techo nos cierra el paso, desviarnos netamente a la derecha a una repisa donde se encuentra la segunda reunión. IV+, 20 metros.

Largo 3: Se trata de seguir hasta el final el claro diedro que domina la reunión. Reunión intermedia de rápel que no hay que montar. Seguir hasta la cima de la entosta que forma el diedro. Reunión en sirga. IV+, 35 metros.

Largo 4: Fácil por terreno evidente y tumbado hasta la cima. Reunión en sirga. IV, 20 metros.

Descenso:
Por la Vía Normal, montando el rápel en todas las reuniones excepto en la primera que se hace en el puente de roca, que no es obligatoria ya que en 35 metros se llega al suelo desde la segunda reunión. 

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