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Lo primero, la montaña

Pany - Haus al Pisón (Riglos)

Jordi Panyella
Primera parte: la Conquista del Pisón

Tras el éxito en la conquista del Pisón, Jordi Panyella no tardó en volver a Riglos para abrir la profunda chimenea en la que se había fijado antes de decidirse por la opción de bajar rapelando por la canal del Clavijón. Anteriormente, ya se habían producido algunos intentos de recorrer esa chimenea por parte de otros escaladores, pero los pronunciados desplomes en algunos puntos y la rudimentaria técnica de los pioneros habían hecho desistir a la mayoría de sus pretendientes.

Panyella tenía todos los números para conseguir la conquista de esta vía. Extremadamente buen escalador, forjado en el conglomerado de Montserrat -pero con amplia experiencia en otros macizos y rocas como las cumbres de Ordesa, Pedraforca o el Peñón del Ifach- Panyella ya era todo un referente en la escalada española del momento. Fundador del GAM y del CADE era sin ninguna duda uno de los mejores escaladores de los 40, en unos años en los que las miserias de la posguerra apenas dejaban tiempo ni ganas para dedicarse a subir por las paredes.

Su compañero en esta empresa fue Albert Casasayas “Haus” logrando llegar al collado en apenas 8 horas, para continuar desde ahí hasta la cima por la vía abierta 2 meses antes y conseguir la segunda ascensión absoluta al mallo. Descripciones como la acrobática oposición en Ramonage, pasos de escalada de espaldas a la pared, tramos escalados por chimeneas semisubterráneas (el paso del UHF, como se conoce hoy en día) se suceden en la “piada” que de la apertura que realizó Jordi –Jorge en aquellos años- Panyella.
Primer techo Pany-Haus
Esta segunda escalada absoluta tuvo varias consecuencias más o menos serias, más o menos anecdóticas. En el descenso, las cuerdas por las que rapelaban el torreón del Pisón quedaron enganchadas y fue imposible recuperarlas. Afortunadamente, la canal del Clavijón estaba “cosida” con cuerdas fijas que previamente habían colocado y pudieron regresar sin mayores percances al pueblo. Ante la falta de nuevos pretendientes a la conquista del mallo, las cuerdas ondearon a la vista de todos durante largo tiempo, recibiendo aquellas cuerdas colgantes el apelativo de “la corbata del Pisón”.
Don Justo, auténtico mecenas de los escaladores y fanático de los retos que presenciaba año tras año en su pueblo, ofreció comida y alojamiento gratis durante una semana a quien le quitara la corbata al Pisón. Aquello despertó aún más el interés por hacer cima de los escaladores aragoneses, siendo Ángel Serón quien logró retirar el atuendo de cáñamo con el que habían decorado al Pisón los escaladores catalanes. Quitarle la corbata al Pisón fue un trabajo relativamente fácil, pero el problema vino después cuando tuvieron que regresar. Por una falta de previsión no dejaron las cuerdas fijas en el Clavijón y Serón tuvo que realizar sin posibilidades de aseguramiento la que él calificó como la escalada en la que más miedo pasó de todas las que realizó; según sus propias palabras: "en toda mi vida, donde más me la he jugado ha sido ahí, sin clavijas ni nada". Teniendo en cuenta sus aperturas en la Peña Sola o la Aguja Roja entre otras, nos hacemos una idea de la dificultad y exposición a la que se enfrentó.
Ubicación de la vía

Ángel Serón en la 1ª repetición. El techo se evitaba por la derecha
La chimenea Pany-Haus -motes de Panyella y Casasayas-, calificada como "directísima" por los aperturistas, se convirtió en un referente de dificultad: Apenas 10 repeticiones en 10 años nos da una idea del listón tan alto que representaba en aquella época esta vía. Para escaladores tan punteros como Ernesto Navarro o Ursi Abajo esta escalada representó su primera vía seria y hasta 11 años después con la apertura de la Serón-Millán, ninguna otra vía surcó el Pisón desde el suelo.

Tras más de 60 años desde la apertura, los escaladores se decantan más por las panzas del Adamelo de Ursi que por los "refrotes" y estrecheces de la Pany, pero esta vía sigue siendo una de las rutas preferidas para recibir una bofetada de experiencia en la escalada riglera. Desplomes, chimeneas, angosturas, patio, equipamiento justo en la “escala Riglos” de alejes, algún pequeño tramo de roca más "independiente" y panzas en el torreón, hacen de esta escalada un cursillo en una sola sesión de todo lo que nos podemos encontrar en los mallos.
Salida del segundo techo
Foto de Panyella del CEC y de Serón, escalando en la Pany, de Montañeros de Aragón

La Normal al Pisón (Riglos): reseña y croquis

La Normal al Pisón
El año 1946 fue clave en la conquista de los Mallos. Cuatro años después de que Mallafré coronara el Firé, las últimas puntas de este mallo que quedaban por conquistar -Mateo, No importa y Montolar- fueron por fin holladas; también se realiza el primer intento serio por conquistar la Peña Sola de Agüero, con un éxito más bien discreto.Pero no es por estos hechos por los que este año es importante en la historia de Riglos. La cordada formada los catalanes Panyella y Murguía y el aragonés Peiré, arriban a los Mallos aprovechando la Semana Santa y deciden conquistar el principal problema que quedaba por aquel entonces: el Pisón. Antes de eso, se dirigieron al Firé, abriendo una nueva vía a la punta de los Catalanes (actual punta Mallafré).Se mirase desde donde se mirase, con las técnicas de la época el mallo no ofrecía demasiadas posibilidades de conquista dada su aparente inexpugnabilidad. Solamente dos líneas de ataque aparecían medianamente definidas. Una profunda chimenea marcaba un perfecto límite entre la impresionante muralla y el macizo que lo separaba del resto de mallos, pero exigía empezar a escalar desde el suelo. Otra línea no tan evidente, pero sí más accesible, permitía llegar desde el macizo hasta la cumbre tras acceder rapelando desde los mallos contiguos.Ésa fue la vía elegida.

Los tres escaladores recorrieron la parte superior del macizo hasta llegar a la vertical de la canal del Clavijón, por donde destreparon con cuidado hasta que les fue imposible garantizar un descenso seguro. Desde ahí rapelaron unos 30 metros desde una sabina y aún tuvieron que montar otro rápel en un "pistolo de cantero" -de este anclaje proviene el nombre de canal del Clavijón-. Estos escaladores dejaron cuerdas fijas para el retorno, siendo este recorrido de ida y vuelta habitual durante las primeras repeticiones de la vía normal. Después de los rápeles, caminaron con cuidado por la faja superior (algún paso de II muy expuesto), por donde llegaron al collado donde comenzaron la escalada seria.

La olvidada ruta de descenso por la Canal del  Clavijón
En tres largos, Jordi Panyella, Francisco Peire y Alberto Murguía hicieron cima. La ruta seguida por ellos, conocida desde entonces como la Normal al Pisón (ver croquis), es actualmente repetida por casi todos los escaladores; El vuelo del buitre está muy bien equipada, es más directa y bastante más bonita, pero está expuesta a todo debido a que sigue prácticamente la misma línea de rápeles del descenso del Pisón y A la vejez, viruelas no tiene demasiados seguidores por el escaso equipamiento y su poca definición.

Escalador iniciando el segundo largo de la Normal
El 20 de abril de 1946 es la fecha exacta en la que estos escaladores consiguen hacer cima. A su llegada al pueblo, Justo Garasa felicitó a los escaladores -a pesar de que reconociera que hubiera preferido que hubieran sido todos aragoneses-, pero esta escalada accediendo desde las alturas del macizo no debió de convencer a Panyella, que aguardó apenas un par de meses para realizar lo que verdaderamente quería realizar, la escalada del Pisón desde el suelo por la profunda chimenea de la que antes hablábamos y que desde entonces llevaría su nombre: la Pany.

Transcribo también la reseña de la cuarta ascensión absoluta al mallo:
Cuarta ascensión al Mallo Pisón en Riglos
Cordada: Serón, Millán, Martí y Fau
Fecha: 15 de octubre de 1946
Salimos del pueblo a las ocho y media por el camino de Espinabla para coger la entrada del macizo, hasta dar con el primer obstáculo, donde dejamos una cuerda para facilitar el regreso. Bajamos por la chimenea de las enredaderas, hasta el clavijón, donde tendimos otro rápel hasta la faja que lleva a las crestas, pasándolas con una barandilla. Sobre las doce y media empezamos realmente con el Pisón, tomándolo de frente hasta la cornisa Roja, desde la cual continuamos hasta salir encima del pueblo; de allí un paso de hombros y, sin darnos cuenta, nos hallamos en la cima, desde donde saludamos al vecindario: eran las dos menos cuarto. Seguidamente, después de recoger las tarjetas de nuestros camaradas Vázquez y Cortés, iniciamos el descenso en dos rápeles que nos sitúan en la cresta, donde continuamos por la repisa que baja hasta la chimenea por la que habíamos descendido.
Este camino lo hacemos para evitar tener que dejarse el rápel como sucedió a las dos cordadas catalanas; pero que no se lo recomendamos a nadie, porque es hacerse dos Pisones, pues a las cuatro y media estábamos al pie de la chimenea y eran las siete y media cuando llegó el último arriba, por lo cual tuvimos que esperar a que saliese la luna para poder continuar.
La noche era tranquila y sin frío; unas jotas cantadas en una hoguera sirvieron para que en el pueblo no pasasen pena por nosotros. A las doce de la noche la luna nos alumbraba y ya pudimos continuar, pasando el último paso, situándonos fuera de todo peligro. A las tres de la mañana llegamos a casa de don Justo, que todo el que en su casa se hospede podrá comprobar su franqueza y hospitalidad acrisolada, como corresponde a un aragonés.
Enhorabuena a los que nos precedieron.

Llegando a la cima del Pisón por la Normal
Reseña de la Normal al Pisón:
La escalada comienza junto a un arbolillo bastante castigado en sus raices por el paso de los escaladores y el viento.
L1: V+/A0. Diagonal a la izquierda a través de unos nichos hasta un paso difícil (y poco elegante de realizar) asegurado con un parabolt, una pe expansiva y un puente de roca. Continuar un poco a la izquierda y por terreno fácil seguir subiendo hasta la reunión.
L2: IV. Salir por la cornisa a la derecha hasta situarnos debajo de un puente de roca equipado con cable que no se ve desde la reunión, pero está muy cerca. Superar fácilmente el paso y continuar hacia arriba hasta la gran "cornisa edílica", por la que caminamos (no hacen falta manos) bastantes metros hacia la izquierda hasta llegar a unas argollas de reunión demasiado separadas para poder ser trianguladas con normalidad.
L3: V+/A0. Superar en diagonal a la izquierda la primera panza e inmediatamente otra más difícil. Desde aquí con ligera tendencia a la derecha, continuar escalando cada vez más fácil hasta encontrar la reunión. Es más rápido no montar la reunión aquí, sino unos pocos metros más arriba en una gran sabina (prever anillo de cinta).

La Virgen del Mallo (Riglos)

En la mayoría de las tradiciones cristianas la fe tiende a mezclarse con las historias paganas. Antiguos ritos o veneraciones a la naturaleza son adaptados a la cultura católica de manera más o menos descarada. Ermitas en cuevas, fuentes que curan enfermedades, santuarios en las cimas de los montes… suelen ser un ejemplo de adaptación de cultos precristianos.Con un poco que nos movamos por territorios de tradición católica, podremos encontrar las mismas historias relatadas con diferentes protagonistas. Vírgenes que se aparecen a pastores o niños, santos de incógnito que piden refugio en los pueblos o milagros sorprendentes gracias a la intercesión de determinados mártires, son historias que oíremos en aquellos lugares donde nos queramos interesar por la tradición oral.

La historia de la Virgen del Mallo no es muy diferente a lo que he oído en otros pueblos: Una virgen que se aparece en una cueva –en este caso en la cueva de la Virgen, en medio del Pisón, donde empieza la Carnavalada- y a la que trasladan a otro lado. Milagrosamente, la Virgen regresa una y otra vez al lugar donde hizo la aparición. A partir de aquí la historia tiene diferentes finales posibles; en la mayor parte de los casos se dan cuenta de que es inútil mover la figura del sitio donde apareció porque la Virgen vuelve una y otra vez y deciden construir una ermita para dar cobijo a la talla, pero en Riglos buscaron una solución más imaginativa.

Los habitantes de Riglos trasladaron la Virgen del Mallo a la iglesia del pueblo y le construyeron una hornacina con piedras sacadas de los mallos. De esta manera, la Virgen del Mallo se sentía como en el mismo lugar donde se apareció y no hubo necesidad de construir ermita alguna adosada al Pisón. Contenta la Virgen, contentos los del pueblo y más contentos aún los escaladores.

Dicen que la Virgen del Mallo protege el pueblo. Ni una sola piedra ha dañado ni una casa, ni a un animal; evidentemente, no pueden decir que no ha dañado a ninguna persona. También fui testigo de un coche “makeado” en el techo con bollo riglero por aparcarlo debajo del Puro. Será que no es una Virgen a todo riesgo.

Miguel Vidal, quien nos dejó para las generaciones posteriores las emocionantes películas de las escaladas de Rabadá y Navarro, contó en su haber con la promoción de dos entronizaciones de vírgenes a cumbres. Por un lado, la colocación de la Virgen del Mallo en la cima del Pisón y por otro, la de la Virgen del Pilar en la cumbre del Aneto. Ambas vírgenes tuvieron destinos poco propicios en las cimas. La del Mallo ya no está en su ubicación, quedando únicamente su pedestal. Desconozco qué le pudo pasar; quizás un rayo, quizás una pedrada bien dada… el caso es que en la cima no está. De la del Aneto hay información aquí.

En todo caso, la Virgen del Mallo que desapareció no era tampoco la primera que se colocaba. Para la entronización de la Virgen del Mallo en el Pisón se montaron mil comedias y se reclutó a lo más granado de la elite de la escalada del momento. Miguel Vidal da datos confusos sobre los escaladores que participaron en aquella acción; por un lado afirma que fue en 1954, pero por otro sitúa en dicha entronización a Manuel Bescós –que había muerto un año antes- y a Ernesto Navarro que, hasta 1957 no realizó su primera escalada. Investigando un poco he visto que, realmente, la entronización se realizó el 10 de junio de 1962 y no en 1954. El Bescós que afirma Vidal que colaboró en la subida de la Virgen sería evidentemente José Antonio y no Manuel.

Los materiales se pasaban desde el Macizo hasta el Pisón por unas cuerdas instaladas entre los dos mallos, una especie de teleférico hecho con un saco en el que Rabadá quiso transportar a Navarro, e incluso Cintero llegó a instalar un teléfono, siempre según los datos relatados por Vidal. Fueron Mustienes y Rabadá los encargados de subir la Virgen desde el suelo por la Pany-Haus, colocando unos espejos en la cima rodeando a la Virgen para que iluminara con el reflejo del sol.

Todavía hay quien recuerda las juergas que se montaban en la cima del Pisón cada primer domingo de junio, cuando se subían flores a la Virgen y se aprovechaba para lanzar potentes cohetes y petardos. Alguna vez llegaron a disparar con los cohetes (desconozco si dieron en el blanco) a otros escaladores que habían subido a la desaparecida cruz del Firé y en otra ocasión, desfasó tanto la fiesta que se llegó a originar algún incendio en la misma cima del Pisón que duró varias horas.

La primera imagen, esculpida en piedra, pesaba unos 18 kilos. Algunos años después, debido al penoso estado que presentaba al haber sufrido las inclemencias del tiempo pero sobre todo por las deposiciones de los buitres, se decidió bajarla, restaurarla y hacer una réplica en bronce que se volvió a colocar en la cima del Pisón esta vez no por escalada sino por el exitoso método del teleférico desde el Macizo -subida hasta ahí en burro, ya que la réplica de bronce pesaba 33 kilos- que sirvió para transportar los materiales del soporte.

Edito (mar'11): Una vez más, Javier Urcina me vuelve a echar un capote con buenos datos. La segunda imagen fue fundida en fundiciones Tolsi de la calle Pirineos de barrio de la Paz con un modelo hecho por el escultor Rallo a imagen y semejanza de la anterior que se conserva en Montañeros. Se colocó en 1976 o 77. Después de que alguien la escondiera por la cima se recolocó otra vez y después alguien la hizo volar desde la cima y fue recogida con varias partes rotas. Ahora esta a salvo recogida en el jardín de un buen escalador.

Actualmente en la cumbre del Pisón no queda más que el pedestal de piedra que construyeron los escaladores alrededor del mástil metálico que colocó Miguel Vidal. La Virgen del Mallo original se mantiene a resguardo en la iglesia del pueblo protegiendo a casas y ganado; mientras los escaladores seguiremos confiando la protección a nosotros mismos.



Las fotos en blanco y negro están extraidas del libro Rabadá y Navarro de Editorial Barrabés y del anuario nº36 de Montañeros de Aragón. La de la Virgen del Mallo en color de la página web www.romanicoaragones.com

El Reino de los Mallos

Aviso a escaladores fanáticos: en esta entrada NO se habla de montaña.


Alfonso I el Batallador es conocido por la conquista para el reino de Aragón, entre otras muchas localidades, de la ciudad de Zaragoza. Como homenaje de esta ciudad se le dedicó una enorme escultura de 7 metros en mármol de Carrara en un sitio vistoso y emblemático de la ciudad, el Cabezo Buenavista.


Aparte de batallador -como su sobrenombre indica- y de gran conquistador, era un ejemplo de misoginia. La frase atribuida a él de "un verdadero soldado debe de vivir con hombres y no con mujeres" debemos añadir otra de su esposa, Urraca de Castilla, que se lamentaba de su trato hacia ella con estas palabras: "no sólo me había injuriado continuamente con groseras palabras, sino que muchas veces ha llenado de confusión mis mejillas con sus inmundas manos y hasta ha llegado a herirme con los pies". Si hubiera vivido hoy en día, el rey Alfonso estaría en la cárcel o sería el protagonista de un programa de los que echan en la tele por la tarde. Sin embargo, para una mujer -su cuñada- sí que tuvo un pequeño detalle que dio a la historia la creación de un reino anecdótico.



El Batallador llegó al reino por una concatenación de heredades. Si todo hubiera sucedido según los cauces establecidos, su padre -Sancho I- dejaría el reino a Pedro I y éste a su primogénito Pedro, que estaba casado con la hija del Cid, María. Además, del segundo matrimonio de Pedro I Alfonso tenía un hermano mayor, Fernando, con lo cual era el cuarto en la línea sucesoria. Pues bueno, excepto Pedro I que sí que reinó, todos por delante palmaron, así que Alfonso, que no había sido educado para rey, se vio de repente al mando de uno de los florecientes reinos cristianos de la península.


Alfonso tuvo unas cuantas decisiones a lo largo de su vida que no se entienden en un contexto de cordura. La principal de ellas es dejar como herederos del reino a las órdenes militares -templarios y hospitalarios- con todos los problemas que eso generó, pero también tuvo otra decisión que se ha tomado como ejemplo de idealismo o romanticismo: el Reino de los Mallos.

El nombre es ficticio. No aparece en documentación ningún nombre parecido, aunque sí que existió ese pequeño reino en el que una italiana llamada Berta (segunda mujer del hermanastro del rey Alfonso, Pedro I) reinó con permiso de Alfonso. Ese pequeño reino englobaba Agüero, Murillo, Riglos, Ayerbe, Marcuello... y no tuvo ninguna trascendencia histórica más que la de su propia "peculiaridad", la de ser un reino consentido dentro de otro reino.

La vida del reino apenas duro unos pocos años, ya que Pedro I murió en 1104 y de Berta se deja de saber en 1111, ignorándose qué fue de ella; quizás volvió a Italia, quizás se quedó en la corte... el caso es que aprovechando esta historia, se ha creado una especie de unión de pueblos que, aparte de los que formaban el antiguo reino han añadido otros como Loarre, Santolaria o La Sotonera. Actualmente, se nos ha hecho bastante común la denominación de Reino de los Mallos, viéndose en publicaciones, mapas, carteles turísticos... que demuestran lo acertado de esa elección como nombre identificador de la zona.

La Carnavalada (Mallo Pisón - Riglos)


Billy Wilder estrenó en 1951 la película "El gran carnaval", una joya del gran director americano. En esta película, un periodista de tercera fila de un diario local interpretado por Kirk Douglas, trata de alargar sine die el rescate de un minero para alcanzar notoriedad a través de las noticias que él va relatando. El rescate se convierte en un asunto de estado con la afluencia de informadores de todos los medios que se interesan por la suerte que pueda correr el pobre hombre.

Villarig durante la apertura
Rabadá tenía pensado organizar un revuelo semejante al de la película en la primera apertura por el centro de la pared del Pisón, alargando lo necesario los días en la vía para hacerse notar en la prensa. Habituado a los alardes como estaba, soñaba con una nube de periodistas en la base del Pisón siguiendo paso a paso la apertura de aquella línea imaginaria. Desgraciadamente, la Eigernordwand truncó la meteórica carrera de Edil, pero había dejado buenos sucesores en su legado para seguir los pasos del maestro. La apertura no fue como Rabadá la imaginó; realmente la discreción acompañó a la cordada aperturista, acompañados desde abajo por el silencio de sus compañeros que eventualmente les proporcionaban, a traves de las cuerdas que los escaladores llevaban, los víveres que éstos solicitaban. En vez de nubes de cámaras, sólo Vidal filmaba la progresión de la cordada. En vez de periodistas ansiosos, abajo Villarig pintaba tranquilamente mientras Ursi e Ibarzo ganaban metro a metro la cima.

La idea de la apertura por el centro del Pisón surgió, como ya ha sucedido en bastantes ocasiones por estas tierras, con la consabida bravuconada: "¿A que no subes por ahí?" -"¿A que sí?". La discusión surgió porque en la navidad de 1964 Ursi Abajo subió una estrella navideña de tres metros por un sistema de diedros en la parte derecha del Pisón -en lo que 12 años más tarde se convertiría en la vía Alberto Rabadá (o Murciana)- para decorar el paisaje de Riglos. A la bajada surgió el debate dialéctico relatado que se zanjó con la apuesta de una merienda ganada por quien tuviera razón. Ursi e Ibarzo merendaron de gorra.

Aunque ya en 1984 Serge Casterán liberó la vía (la cotó como 7b+, siendo 7a+ el grado aceptado hoy en día), actualmente a pesar de su buen equipamiento, sigue necesitándose una dosis generosa de antebrazo para tirar en libre por ahí. Después de esta liberación, Casterán también celebró invitando a una merendola a los habituales de Riglos. Parece ser que esta vía da para bastantes celebraciones.

Expectación durante la apertura
Salida de la Cueva de la Virgen
Algún buril (por la cabeza parecen spits) aparece entre los paraboles y nos hace ver el tesón de los aperturistas; es más, una vez que se sabe de qué están hechos los buriles la admiración crece: Son tornillos de la caja de cambios de los Jeep, afilados y preparados para la escalada por Ursi, que trabajaba en la fabricación de los míticos Willys Viasa. La mítica "raya" de la Carnavalada -línea blanca provocada en la roca por el abusivo uso de estribos y magnesio- suele necesitar de algún A0 para el que confiaremos en la resistencia de los Jeep de los años 60.

Aunque la vía original traza una recta casi perfecta, casi al final se realiza una travesía de unos 5 metros a la derecha que vuelve a la izquierda un poco más arriba. Actualmente, una vez que se alcanza la ruta de Escoria Oriental, que disfruta de calidad de roca y equipamiento más acorde a lo que nos pide el cuerpo a esas alturas del Pisón, se sigue hacia arriba sin volver al último largo original de la Carnavalada.

El nombre original de la vía, José Antonio Elola*, como en tantas otras vías dedicadas a dirigentes franquistas fue olvidado rápidamente y actualmente se la conoce como la carnavalada, en honor al gran carnaval que quiso organizar Rabadá. Después de ese año, Ursi trasladó su prolífica carrera de aperturas en el entorno de Riglos al valle de Tena y alrededores, debido a su nuevo puesto de trabajo en la estación de Formigal.


*José Antonio Elola-Olaso fue Delegado Nacional del Frente de Juventudes con Franco, siendo destituido tras unos incidentes provocados por los falangistas en el entierro de José Antonio Primo de Rivera. Pasó a ser Delegado Nacional de Deportes, cargo que ocupó hasta poco después de abrirse la Carnavalada (1967), cuando fue sustituido por Juan Antonio Samaranch.
A su nombre tiene también el refugio Elola del Circo de Gredos, en Ávila.

Las fotos publicadas, realizadas durante la apertura de La Carnavalada, están extraídas de la colección personal de Villarig en www.evaragon.com y del libro Rabadá y Navarro de Editorial Barrabés.

Reseña original en Onaclimb

Valga la redundancia: hidrónimos

Viene de Accidentes geográficos y linguísticos.

Investigando sobre los espacios geográficos que nos rodean, nos podemos encontrar con verdaderas figuras retóricas que no se aplican a la poesía sino a los accidentes geográficos.

Por una parte, tendríamos los típicos errores que observamos en la prensa no especializada. De vez en cuando nos encontramos –no es muy frecuente, todo hay que decirlo- referencias al “pico Tozal de Guara” o al “pico Garmo Negro”, siendo el término “pico” completamente innecesario debido a que las palabras tozal y garmo ya especifican que se trata de una cumbre. En todo caso, no vamos a criticar pequeños deslices de este tipo; al igual que estos periodistas no son montañeros, yo tampoco soy periodista y escribo estos artículos (seguro que meto la zarpa continuamente).

Las redundancias más frecuentes vienen precisamente de mapas y publicaciones especializadas, así como de la misma gente que habita nuestras montañas. Voy a poner unos pocos ejemplos:
Pich –en diferentes variantes- se utiliza para designar a las cascadas. Así, encontramos Pich-Gaillard (Gèdre – Francia), Sauth deth Pish (valle de Arán) o Salto del Pich (Bujaruelo) entre muchos otros ejemplos. Si observamos estos últimos nombres ya estaríamos redundando: Pich ya es una caída de agua, no haría falta añadirle el término "salto". Pero la redundancia se hace pesada cuando leemos cosas como Cascada de Sauth deth Pish.

Coño, estamos diciendo Cascada de la cascada de la cascada. Lo mismo pasaría con el Salto de Sallent o con el Salt de la Sallena: Sallent y Sallena ya tienen la misma raíz que salto. Imaginemos que en unos años todos terminamos hablando inglés; si seguimos en la misma línea terminaríamos llamando al mismo lugar Waterfall of the Cascada de Sauth deth Pish. Pa' "pichar" y no echar gota.

Esto que comento en broma, es un hecho muy normal en la toponimia y se debe al desconocimiento de las lenguas utilizadas por la gente que vivió antes que nosotros. Pero hay muchos más ejemplos más, curiosamente relacionados también con el agua. La raiz ar- se relaciona con las corrientes de agua, parece ser que significaba “río” y ha dado lugar a hidrónimos como Arga, Aragón, Arba, Ara o Arazas. Así pues, cuando decimos río Arazas ya estamos duplicando la palabra “río”. No hace falta trasladarnos a época prerromana; también existe un río Flumen (río en latín) y otros muchos ejemplos con Guad-alope, Guat-izalema, Guad-alaviar, Guad-alquivir a los que le añadimos el término “río”. Otra triple redundancia se produce en una mezcla de castellano, árabe e íbero: río Guadiana vendría a significar río río río.
Foto del Sauth deth Pish enlazada desde http://joanmolar.wordpress.com/2008/06/05/sauth-deth-pish/
La otra foto es del Pozo Santa María en el Arba de Luesia.

Rock legends: Ursi Abajo

Cuando se habla de historia de la escalada en Aragón, tradicionalmente se habla de “generaciones” para expresar las oleadas de escaladores que llevaban la voz cantante en las realizaciones montañeras del momento. La primera generación, encabezada por Serón, consiguió la Peña Sola de Agüero. Sus actividades se cortaron bruscamente tras la muerte de Carilla en el Puro y a ellos les sucedió una segunda generación, liderada por Rabadá, que entre la primera del Puro y la Oeste del Naranjo, nos dejaron a los escaladores auténticas joyas de la escalada.


Ursicinio Abajo, “Ursi”, empezó a conocer la montaña de la mano de Serón cuando el padre de la escalada en Aragón ya había colgado las cuerdas. El interés por la roca se vio amamantado por los escaladores de la siguiente generación que le llevaron a Riglos donde, tras realizar la Pany-Haus con 17 años, descubrió que eso era lo suyo. Con su capacidad innata para lo vertical y educado en la montaña por aquellos personajes, era evidente que algo bueno tenía que salir.

La eclosión como escalador vendría en 1961, abriendo junto con Ernesto Navarro una vía en la cara norte del Macizo del Pisón con vivac incluído. No pudo tener mejor estreno como aperturista en Riglos, al proponer Navarro el nombre de vía Ursi para su primera realización. Ese mismo año, en noviembre, marcha junto con Rabadá y Navarro de nuevo a abrir una vía en la peña don Justo. La cordada Rabadá-Navarro no hacía ni siquiera un mes que había abierto el espolón del Firé y ahí estaba Ursi, con 22 años, acompañando a la ya consagrada cordada.
La anécdota de esa primera bautizó la vía. Rabadá tirando de primero intenta superar un paso desplomado teniendo que renunciar ante la dificultad que se le presenta; después lo intenta Navarro y vuelve igualmente a ser vencido por el desplome. Al preguntarle a Ursi si quiere probar, el joven escalador asiente, sube y logra sacar el paso con insultante facilidad; la perplejidad de sus compañeros se transforma en carcajada al verse superados de manera tan clara por el aprendiz. Ese hecho motivó el nombre de la vía de Risa.
Tras la desgracia de la norte del Eiger, Ursi se pone en cabeza de una tercera generación que, quizás con menos repercusión que sus predecesores, consiguió unos objetivos que ya habían sido pretendidos por sus mentores. Junto con Carmelo Royo e Isidro Falo abrió otras vías en Riglos, siendo la Villarig a la aguja Roja la más representativa de ellas. El nombre completo de la vía es Invocación a Gregorio Villarig y se la dedicó al gran escalador por ser ese recorrido una vieja aspiración suya, truncada tras romperse los dos tobillos en el Vignemale. Pero fue con Jesús Ibarzo con quien realizaría las mejores realizaciones. Desaparecidos Rabadá y Navarro, repiten sus vías más exigentes logrando hazañas como las primeras repeticiones del espolón del Firé, la de la Norte del Puro, la de la Serón-Millán al Pisón (antes ya se había repetido sólo la chimenea final) y la segunda repetición de la Oeste del Naranjo.

Aparte de un sinfín de invernales por el Pirineo (norte del Pitón Carré y segunda del Colouir de Gaube) y otras vías por los mallos pequeños y en la Aguja de Salinas, Ursi también abre junto a Peralta la vía de Verano al Pisón, logrando una vía bastante directa de grado asequible pero que hoy en día apenas es repetida. Menos directa pero infinitamente más repetida, en agosto de 1965 abre una de las vías más populares de Riglos y que se convirtió en su día en el punto negro de la accidentabilidad; el espolón del Adamelo, en el macizo del Pisón.


No fue la última vía en 1965: al igual que hicieran Rabadá y Navarro en 1961 con el Firé, mientras en Zaragoza se celebraban las fiestas del Pilar, Ursi e Ibarzo abrían una de las más directas, clásicas y preciosas vías de Riglos: la Carnavalada.

Leer entrevista a Ursi Abajo en el nº 45 de Cuadernos Técnicos de Barrabés. 

Jesús Ibarzo y Ursi Abajo con el Pisón al fondo. Fotografía de la colección Ursi Abajo, obtenida del libro Rabadá y Navarro de Editorial Barrabés.
Ursi Abajo con Gregorio Villarig en Riglos. Fotografía de la colección Gregorio Villarig obtenida de la página http://www.evaragon.com/

Accidentes geográficos y lingüísticos

La toponimia tradicional tiene un valor tremendo por el hecho de conservar -más o menos íntegros, más o menos modificados- elementos descriptivos de la geografía local, pero se desvirtúa entre errores sin mala intención o la dictadura de la toponimia oficial. El aragonés -en sus diversas variantes- es una lengua que se está dejando morir, eso es un hecho, con la destrucción del patrimonio cultural que eso supondrá y la pérdida de información que para los montañeros nos podría dar saber tres o cuatro palabras.

En este listado, que no es ni meticuloso ni completo, he tratado de indicar una serie de términos usuales en las montañas pirenáicas. Muchas veces los utilizamos sin saber el verdadero significado e incluso hay veces que se confunden los vocablos ¿quién no ha leído alguna vez la frase los "mayos" de Riglos? Los orígenes de estos topónimos están en lenguas preindouropeas relacionadas con el actual euskera, en la propia evolución del latín o en lenguas vecinas como el gascón.

A ver si esto nos suena a todos:

Achar: Desfiladero, paso angosto, brecha. Achar d’os Alanos (Ansó)
Aigüeta: Río, barranco caudaloso. Aigüeta de Barbaruéns.
Badina: Poza de grandes dimensiones. Badina Estañonero (Nocito).
Basa: Laguna, charca. Basa de la Mora (Plan)
Bozo: Piedra de grandes dimensiones. Llena del Bozo (Aísa)
Chorro, Churro: Cascada. Chorro de Pinarra (Bielsa)
Clot: Agujero. Clot d’es Gabachos (Parzán)
Coma: Valle colgado. Terreno llano y despejado limitado por otro accidentado. Comachibosa = Vignemale (Bujaruelo)
Cuello: Collado. Cuello Gordo (Ordesa)
Endrija: Fisura. Endrija por donde Dios manda (Riglos)
Enronar: Colmatarse una poza de piedras y grava por efecto de las crecidas.
Entosta: Saliente de roca que permanece adherido a la pared.
Espluca, Espelunga: Cueva. Espluca Negra = Gruta de Casteret (Ordesa)
Forato, forau: Agujero. Forau d’Aigualluts (Benasque)
Foz: Garganta de montaña. Foz de Fago.
Garmo: Lugar enriscado y de difícil acceso. Garmo Negro (Panticosa)
Glera, lera o llera: Canchal, pedrera. Pico de la Glera (Benás)
Gorga: Paso estrecho e inundado de un río. Gorgas Negras (Nasarre)
Grallera: Sima, cueva. Lugar donde habitan los grallas (grajos). Grallera de Guara (Bastarás)
Ibón: Lago. Ibón de Cregüeña (Benás)
Llena, lenera: Peñasco. Llena d’a Garganta (Aísa)
Mallo: Pared de grandes dimensiones. Mallos de Riglos.
Paco: Umbría, zona de un monte en la que no suele dar el sol. Pico del Pazino (Sallent)
Pala: Pendiente escarpada y lisa. Pala de Ip (Canfranc)
Portillón: Collado estrecho. Pico del Portillón (Benasque)
Pueyo: Colina, pequeña elevación.
Ralla: Cordillera pequeña de rocas cortadas. Rallas de Santo Domingo (Biel)
Ripa: Zona de desprendimientos, ladera erosionada de un monte. Ripas de Angorrués (Chisagüés)
Salto: Cascada. Salto del Carpín (Bujaruelo)
Selba: Bosque. Selba de Oza (Echo)
Tozal: Cerro, montaña aplanada en su cumbre. Tozal del Mallo (Ordesa)
Tuca: Parte alta del monte, pico. Tuca de Mulleres (Benás)


Bueno, esto es sólo una aproximación. Si os mola, seguiré con esto (y si no, también).

He ido añadiendo alguna definición más o puntualizando las ya existentes gracias a la colaboración de los que habéis dejado algún comentario. Gracias a todos.
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