A nadie nos extraña subir utensilios más o menos extravagantes a una vía cuando conoces el itinerario, la dificultad y te apetece echarte unas risas.
Ejemplos he puesto en este blog de la famosa silla de la Aguja Roja o de un numeroso grupo de escaladores con traje y corbata en la cima del Pisón. También en algún barranco alguien se ha gastado más dinero del necesario en la colocación de un spit (ver foto) como colgó Cheba en su día en la página de Cañones y Barrancos, pero lo que de verdad me llama la atención es el material de aperturista que algunos valientes se han llevado a las vías. Hay veces que la utilidad es indudable, pero otras muchas veces los objetos que han llevado aquellos que recorren un itinerario por primera vez no dejan de sorprender.
Me cuenta Rubén después de su conversación con Cintero, que para la apertura de La Quinta Chimenea J. Urcina, Gutiérrez y B. Úbeda se llevaron serruchos para hacer algo de jardinería creativa. Edito (mar'09): Javier Urcina (El Suizo), aperturista de la vía, corrige el dato: Soy J. Urcina. No llevamos serrucho para abrir la 5º Chimenea, el serrucho lo llevó Cintero para limpiar la aproximación a la vía, después de 35 años sin ir nadie por allí. No había árboles, sólo lianas y enredaderas; los árboles hubieran sido muy buenos seguros de reunión y no fue el caso.
Un saludo, El Suizo.
Viendo cómo está ahora la vía, es normal que en su momento necesitaran abrirse paso como Rambo. Una vez que quitaron la vegetación existente y la vía se dejó de repetir, volvieron las plantitas a aprovechar la humedad de las endrijas para instalarse y quedarse para siempre. Como lo de llevarse serrucho ahora no se estila, la vía ha caído en el cajón de las "irrepetibles". Edito (mar'09): Así pues, dejo el texto original tachado para que se vea de donde viene la corrección de Urcina.
Un saludo, El Suizo.
Cintero sabe de qué habla. A él, junto a Villarig, le toco llevar un enorme taco como única solución para resolver un difícil paso de artificial en una vía que continúa recta los dos primeros largos de la Rosaleda. El nombre de la vía se debe a este peculiar material y que fue lo único que quedó emplazado por los aperturistas: vía del Taco.
No es el único caso. Otros aperturistas también se han llevado cosas más o menos "exóticas" con utilidad indudable en bastantes casos, pero cuestionable en otros muchos. Lejos quedan aquellos días de subir -aparte de comida, bebida y material de vivac- el buzón de cima, la bandera de turno y la cámara de fotos como material que no forma parte de la cadena de aseguramiento.
Sevi y Lozano en la apertura de La Directa a la Visera cuentan con todas las comodidades del mundo. Si nos hablan de hamaca y transistor probablemente pensemos en vacaciones veraniegas en la playa. Pues nada más lejos de la realidad. La hamaca no es rígida sino que es la típica entretejida de cuerda, que para colgar entre dos árboles va muy bien, pero que para abrir una pared de 200 metros en lo más crudo del invierno se antoja incómodo. El transistor que llevan, más que animarles las esperas hace que desesperen, oyendo noticias de nevadas a 400 metros, puertos cerrados y ola de frío polar que lleva bajas cotas de nieve hasta Marruecos. El transistor desconozco si lo "aventaron" pero de la hamaca playera finalmente "pasan" y el último vivac lo hacen empotrados en la buitrera.
A principios de los 80 Miguel Ángel Lausín, A. Sánchez y J. Olivar deciden que la época de los vivacs incómodos sobre estribos ya no se estilan; las hamacas dobles por supuesto que existen, pero deben de pensar que tres son multitud y que como dice Luis Ciges en Amanece que no es poco: "Un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama". Así que la mejor solución es dar espacio vital a la cordada y encargan al herrero de Ayerbe una hamaca triple para realizar los vivacs correspondientes en la apertura de Midriasis, en el Pisón. Una sabia decisión, aunque opino que hubiera sido mucho más llamativa la litera-hamaca-triple.
No fue la única extravagancia del malogrado Miguelón. Unos meses antes, en la apertura de Xere-Sandra junto con Quique Lapeña, toman dos decisiones: primero toman la determinación de no publicar las dificultades de la vía para conservar la aventura del aperturismo y segundo dejan colgado un muñeco tamaño humano en la vía, pertrechado como un auténtico escalador que provoca numerosas dudas y comentarios entre los turistas de Riglos. Hasta lo bautizan y todo: Xeremín guardó la vía durante un tiempo hasta la llegada de la primera repetición.
Algo más reciente y con bastante más utilidad. Ignacio Cinto equipa la Make, una preciosa vía en Peña Rueba cuyo largo más significativo recorre el característico techo del Mallo la Calva. A falta de mejor guíndola para esos momentos de equipamiento bajo techo, el aperturista tiene una idea bastante buena y muy económica; se hace con una vieja tabla de snow para taladrar cómodamente los 13 parabolts que aseguran el famoso segundo largo de su vía.
Un último ejemplo, que no es material de aperturista sino curioso material para repeticiones. Tras la apertura de la vía Bunny por parte de Armand Ballart y Toño Carasol, se publica la reseña. Entre el material a llevar, se recomienda un rosario. Los aperturistas no lo llevaron, pero al preguntarle a Toño comenta muy serio que sí, que las esperas en la reunión se hacen muy largas y no está mal tener un entretenimiento para esos ratos. En la entrevista que le hace Inazio leer a Toño decir que no quiere repetir la vía, que ya tuvo suficiente con abrirla nos da una idea de la gran utilidad que le daremos al rosario.
Ostras pedrín, lo de la moneda si que me ha impactado, hasta que no he pinchado en la foto no me he dado cuenta......ja,ja,ja,ja.
ResponderEliminarSoy J.Urcina. No llevamos serrucho para abrir la 5º Chimenea, el serrucho lo llevo Cintero para limpiar la aprosimacion a la via despues de 35 años sin ir nadie por alli,no habia arboles solo lianas y erredaderas los arboles hubieran sido muy buenos seguros de reunion y no fue el caso. Un saludo, ElSuizo.
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