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Lo primero, la montaña

Rabadá - Navarro al Firé (Riglos). Historia de la apertura

Proximamente: Rabadá-Navarro al Firé (Riglos). Historia de las primeras repeticiones

La escalada del Espolón del Firé o vía Félix Méndez como la bautizaron Alberto Rabadá y Ernesto Navarro es una de esas escaladas a las que suele acompañarles la coletilla de "obligatoria para todo escalador que se precie". Nunca me ha gustado definir a un escalador por las vías que ha escalado o las que no, ni qué escalada debe de ser obligatoria y cuál no, pero lo cierto es que por belleza, historia, dificultad y compromiso la Rabadá-Navarro del Firé debería estar al menos en los planes de aquellos que consideran la escalada como algo más que una actividad deportiva. 

Navarro en la travesía
El espolón del mallo Firé ha sido la prueba en la que se han examinado los mejores escaladores de cada generación y aún hoy en día, con el compromiso atenuado gracias al equipamiento y a la información existente de esta vía, sigue siendo un referente de exposición, inteligencia en el trazado y dificultad en la escalada. 
Ya en agosto de 1958, la cordada formada por Roberto Ligorred, Luis Lázaro y Ernesto Navarro recorre los primeros largos de lo que más tarde será el espolón del Firé al abrir la Luis Villar. También Anglada, Guillamón, Cerdá y Pokorski tentaron la apertura, desistiendo de ella por falta de tiempo. De aquella intentona surge la anécdota que relata F. Guillamón: "Entre los maños de finales de los años 50 destacaban con luz propia Montaner, Rabadá, Díaz, Cintero y Nanín, principalmente, y como catalanes Cerdá, Pokorski, Anglada, Guillamón… Pero “érase una vez” que nos juntamos dos cordadas catalanas para atacar el espolón sureste del Firé.
Normalmente en Riglos había dos o máximo tres cordadas escalando. Cuando estábamos en el segundo largo oímos una voz potente que decía: “¡¡¡Ya están los cabrones de los catalanes jodiéndonos la arista del Firé!!!” Era Rabadá que estaba abriendo una vía en la norte del Pisón.
El calificativo que nos dio nos exaltó a los cuatro, pero Anglada con su mentalidad anglosajona dijo: “Los cuatro estamos solteros, por lo tanto no podemos ser lo que nos ha dicho Rabadá” y se quedó tan tranquilo.

Nos encontramos todos a pie de vía y quedamos en que no insistiríamos y quedó para ellos. Ya sabéis que en 1961 Rabadá y Navarro hicieron una machada como un piano y subieron en 5 días con sus 4 vivacs y ¡¡¡sin un buril!!!

Rabadá y Navarro en una reunión
En septiembre de 1960, dos meses después de que Rabadá y Navarro completaran la Norte del Puro, su primera gran apertura juntos, ambos escaladores intentan por dos veces el espolón del Firé siendo obligados a retirarse las dos veces a causa de la lluvia. Un mes antes, en agosto, Rabadá escala con Gregorio Villarig  la Luis Villar, consiguiendo la que supuso ser la primera repetición de esa vía. Navarro ya conocía esta vía por haber participado en 1958 en su apertura y es de suponer que Rabadá echaría en su escalada un vistazo a las posibilidades de ataque del espolón.

Los aperturistas relatan esos dos intentos en el libro de registro de la siguiente manera:
Segundo intento al “Torreón” del “Firé”. El primero lo realizamos la semana pasada, teniendo que abandonar a media tarde ya que el día, todo lluvioso, no tenía trazas de escampar. Así lo comprobamos al coger el tren de regreso ya que el tiempo nos despidió con fuerte aguacero.

Hoy volvemos a abandonar tras haber pasado la noche a remojo en una cornisa a unos 70 metros del suelo,  tres tiradas de cuerda por encima del anterior intento. Sobre un buen pitón unos metros a la derecha de donde hemos “vivaqueado” efectuamos el primer “rappel”, éste sólo posible con cuerdas de 60 metros situándonos encima del primer techo que se supera en las primeras tiradas de subida. De aquí uno corto y a casita que sigue lloviendo.



Saludos a los próximos.
Alberto Rabadá. Ernesto Navarro
25-26-9-60


Rabadá asegurando durante la escalada
A partir del mes de mayo del año siguiente año las actividades de la cordada Rabadá-Navarro por Riglos se suceden. El 7 de mayo abren el Mango del Cuchillo encordados con Rafael Montaner y acompañándoles en otra cordada José Antonio Bescós y Julián Vicente. Ese mismo mes realizan la primera escalada al Paredón de los Buitres o Mallo Arcaz y Navarro abre la vía Ursi con Ursi Abajo. En agosto, abren el espolón del Gallinero en Ordesa y en septiembre, de nuevo junto con Ursi Abajo, consiguen escalar la Vía de la Risa en la Peña Don Justo.




Al llegar las fiestas del Pilar se da la circunstancia precisa de cantidad de días libres para poder emprender la empresa de escalar el espolón del Firé. En el libro de registro, curiosamente no son Rabadá y Navarro los que escriben la “piada” sino una tercera persona no identificada ya que quienes arrancaran la foto-reseña en el libro, se llevaron también parte del texto en el que iba incluida la firma.


1ª ESCALADA AL FIRÉ POR EL TORREÓN DE LA AGUJA NO IMPORTA – VÍA DIRECTÍSIMA.
Riglos, días 12,13, 14, 15 y 16 de octubre de 1961. Cordada Ernesto Navarro y Alberto Rabadá del G.A.M. de Montañeros de Aragón.
Es quizá anormal que un espectador relate una escalada no realizada por él;  en este caso, a petición de los escaladores, haré un breve relato de todas mis impresiones vividas a lo largo de todos estos días en los cuales he acompañado con la mirada y he vivido momento a momento la progresión por la pared del Firé de estos dos compañeros que a mi juicio han sentado uno de los jalones decisivos en la historia de la escalada riglera. Lo referente a la ruta o vía queda plasmado en la presente foto. (Arrancada)
Empezaré diciendo que con esta escalada, dificultosa entre las que más, se resuelve uno de los últimos (ilegible) incluida entre las posibles de muchos prestigiosos escaladores.


Alberto Rabadá durante la apertura

Los componentes de esta victoriosa cordada han invertido 4 días con sus correspondientes vivacs y algunas horas de un quinto día entre la llegada a la cumbre y descenso. Omitiremos aquí todos los detalles referentes a la parte baja de esta escalada al estar aquí reseñados los sucesivos intentos anteriores, haciendo constar que los más efectivos fueron los realizados por la misma cordada en veces anteriores. Hay que destacar que con la duración de esta escalada se ganan unos tantos decisivos en la historia de los itinerarios largos españoles en una sola sesión.
La parte de la escalada a reseñar discurre por todo el Torreón del mallo Firé, vertiginoso contrafuerte de este macizo cuyas paredes verticales hacen muy difícil y fatigosa su escalada. En esta vía directísima la dificultad es muy sostenida con tramos muy difíciles de pitonar en los cuales, dada su configuración es necesario el empleo de técnicas artificiales, éstos alternados a veces con largos de escalada en libre dificultosos en los cuales las travesías horizontales se suceden y las reuniones aceptables no abundan mucho. Los vivacs han sido realizados en cornisas de tamaño no muy grande. 


Navarro muestra los destrozos tras su caída.

También conviene hacer constar que en los dos tercios superiores de pared el descenso (arrancado) hacia la base es algo problemático y para no (arrancado) esta reseña, aparte de considerarla como (arrancado) también una notable escalada de (arrancado).



Ficha técnica: altura   m. tiempo (arrancado) horas, vivacs aparte, material empleado: dos cuerdas (arrancado) cuerda auxiliar para elevar la mochila con (arrancado) dos juegos de estribos, 3 martillos, 45 clavijas (arrancado) de diferentes medidas y los mosquetones y (arrancado).

Por la (arrancado)”
Es en el Boletín de Montañeros de Aragón donde Rabadá explica con todo detalle cómo fue la escalada: la gente que estaba abajo, las dos caídas de Navarro, las penurias y dificultades pasadas en la escalada. Debido a lo extenso del texto y a que éste ya lo publicó Barrabes, dejo aquí el enlace para quien tenga interés en leer la transcripción del texto original.

Rabadá recogiendo la cuerda en la cima





También es interesante poder leer la repercusión que tuvo en la prensa local la hazaña, aunque la entrevista de Eliseo Bayo, transcrita en este enlace por Mariano García en el blog Tinta de Hemeroteca de Heraldo de Aragón, se preocupara de detalles más triviales como cuánto pesaba el petate, de qué se alimentaban durante la ascensión o de anécdotas a pie de vía del tipo: "El suceso fue seguido con todo interés por los habitantes de Riglos que, incluso, apostaban entre sí para acertar la hora en que llegarían a la cumbre. Una anciana de noventa años, ciega, enviaba a su marido, de igual edad y sordo, para que le tuviera al corriente de la escalada" más que de la escalada en sí. 

Vidal abraza a Navarro en la cima. Detrás, Cintero.

No quiero dejar de transcribir la versión de Miguel Vidal en el Boletín de Montañeros de Aragón del 50º aniversario de la conquista del Puro sobre la filmación que llevaron a cabo Rabadá y Navarro en el espolón del Firé: "La primera película de escalada en Riglos, con Rabadá y Navarro, la titulé “Escalada”. El guión, lo preparó Ramiro Brufau, que escribía muy bien. Y el locutor fue García Camañes. Para entonces, Rabadá había intentado engañarme varias veces para que subiese con ellos a filmarles durante sus escaladas. Al final, decidí explicarles cómo lo podían hacer ellos mismos: para ello, les regalé una cámara Paillard de ocho milímetros, de cuerda, que iba a dieciocho imágenes en lugar de a veinticuatro, para así ahorrar. A Rabadá le expliqué un poco el sistema cinematográfico de filmación, dándole consejos para que no hiciese barridos. De muy poco les serviría, pues esta cámara de foco fijo la chafaron en el Firé, y ahora es objeto de museo, pues sus restos los tiene Cintero en su casa…





La cordada, junto a la desaparecida cruz del Firé, tras culminar la escalada

Pero, en cualquier caso, ellos dos filmaron buena parte de la misma, motivo por el cual los puse en los créditos, aunque me velaron muchísimos trozos. Pero lo más importante lo filmaron ellos, claro está. Después, yo hice el montaje, en el que fue preciso tirar más de la mitad del material, que no eran sino sobrantes con barridos y cosas así. De todas formas, no fueron malos discípulos Rabadá y Navarro. Me hicieron caso en mis instrucciones: una película se filma de un modo parecido a como se hace una redacción. Y no me olvidé de añadir nociones sobre los diversos tipos de planos que se pueden tomar. De todas formas, luego había que oír cómo le explicaba todo esto Rabadá a Navarro, de un modo tan peculiar que daba verdadera risa. Una lástima que me chafaran la primera máquina"
Las fotografías que acompañan a está entrada están obtenidas de la película de Miguel Vidal grabada durante la ascensión del espolón del Firé.

Vía de los Diedros a la Peña Don Justo (Riglos). Primera Rabadá-Navarro. Reseña y croquis

Croquis Vía de los Diedros hasta el escape por la Normal
La vía de los Diedros es una escalada con historia que no ha pasado a la historia, aunque actualmente bien podría decirse que, tristemente, su escalada es una historia de terror. Famosa por ser la primera apertura que realizaron juntos Alberto Rabadá y Ernesto Navarro el 2 de mayo de 1959, hoy en día es una vía que conserva el halo mítico con el que sus aperturistas empapaban todo, pero si intentamos ir más allá en su belleza real no encontramos demasiadas características que la conviertan en una vía imprescindible. A falta de confirmación, según mis cálculos es muy posible que una vía con tanta trascendencia histórica cuente con una sola mano la cantidad de repeticiones integrales.

Aspectos nada apetecibles como una calidad nefasta de la roca, un equipamiento escaso y deficiente y una escalada por estrechas chimeneas que, sinceramente, son incómodas para progresar y estéticamente nada bonitas, reserva su escalada a auténticos románticos y coleccionistas de reliquias. Clavos retorcidos, oxidados, exageradamente salidos, bailones (o todo a la vez) hacen de esta vía un verdadero museo de los horrores para el primero de cordada y para el segundo también.  Así pues, la primera Rabadá-Navarro, explicada suficientemente en su historia en el artículo de Cuadernos Técnicos es una vía con contadas repeticiones por motivos obvios.

Copio de ese artículo la parte principal y más interesante: "2 de mayo de 1959. Rabadá y Navarro acaban de abrir una modesta vía que no pasará a la historia en la Peña Don Justo, un destacado monolito de roca escalado por primera vez en 1947, levemente independizado del macizo de los Fils, más allá de los mallos pequeños. Ya Rabadá había sido rechazado una vez de esta vía por causas meteorológicas, cuando realizó su primer intento con Soriano y, a falta de nada más interesante, lo más destacable de esa apertura son los problemas que tuvieron los escaladores para terminarla. En el último largo Rabadá tuvo que quitarse la ropa para poder progresar en las estrecheces de la chimenea: Tal era la angustia del paso, que Rabadá no paraba de soltar lamentos (chemequeos o chemiqueos) que bautizaron tan estrecho tubo. De hecho, las cordadas que en los años venideros repetían esta vía, preferían pasarse a la vía Oeste antes que meterse en ese Tubo de los Chemequeos. Terminada la vía, volvieron a encontrar otro inconveniente. Ya en la cima y sin ver nada por la oscuridad que les envolvía, la cordada perdió bastante tiempo hasta que acertó con el lugar correcto del rápel.


Ubicación de la vía desde el camino de San Román - mallos pequeños
Fue una apertura relativamente modesta y de hecho, en la memoria de actividades de 1959 de Montañeros de Aragón –club al que ambos escaladores pertenecen- apenas le dedican una línea a la actividad: Pasado el invierno, con la primavera llegan las fechas ideales para Riglos y macizos pre-pirenaicos. (…) Entre las numerosas ascensiones por las vías clásicas de más dificultad cabe destacar, en estas fechas, la primera escalada a la cara sur del Mallo Firé, realizada por Rabadá y Montaner y dedicada a Francisco Ramón (actualmente conocida como la Galletas) que resultó una de las más difíciles del macizo. (…) Se registraron seis ascensiones al Puro, tres por cordadas de nuestra Sociedad, varias repeticiones de la variante de la cara oeste del Pisón (se refiere a la chimenea de la Serón-Millán accediendo desde el collado del Puro) y dos importantes nuevas vías, una al Pisón partiendo del collado del Puro hasta situarse por la cara o espolón norte, que realizaron los catalanes Guillamón y Anglada (vía Anglada-Guillamón), y otra directa a la Peña de Don Justo, abierta por Navarro y Rabadá en la cara nordeste del monolito (vía de los Diedros)”.

Dado que el conglomerado en la Peña don Justo tiende a formar figuras rectas con estrechas chimeneas, buenas repisas y marcados diedros, en un alarde de imaginación, los escaladores bautizaron a este recorrido como la vía de los Diedros y es justo aceptar que no se reconoce el itinerario como una apertura excepcional, ni con el paso del tiempo se le han descubierto nuevos valores. Sencillamente se le otorga una valía particular por representar la primera escalada de la cordada Rabadá-Navarro. Fue la vía de los Diedros la primera y quizás la menos representativa de sus escaladas: cuatro largos de dificultad media a una pared sin demasiada notoriedad. Pero después de ella vinieron Ordesa, el Firé y el Naranjo".

Primer largo (Foto: Álvaro Lafuente)
Rabadá y Navarro no relataron nada en el libro de registro de Riglos sobre esa vía, aunque sabemos que Navarro al día siguiente escaló la Pany-Haus con Mustienes. La información más completa sobre esta vía la podemos encontrar en la guía de Rafael Montaner y Fernando Orús.



Los primeros intentos de repetición, no tardaron en llegar. La cordada formado por Luis Gutiérrez (Guti) y José Ramón Morandeira comienzan a escalar el 12 de octubre de 1962, retirándose al final de la entosta. Un año después, el 13 de octubre de 1963 vuelven a intentar la misma vía viéndose obligados a retirarse en el mismo punto. 

La primera repetición hasta el tercer largo se realizó nueve años después de la apertura, en 1968 y la realizaron Julio Porta y Javier Urcina “el Suizo”. De esta escalada, el Suizo recuerda lo siguiente: “La tirada de los dos diedros es una de las más bonitas de Riglos por su rareza (en Riglos no hay ninguna parecida) dificultad y elegancia (no hay nada para hacer una chapuza, o estás a tono con la pared o te tira) y la tirada siguiente fina de narices”.

Esta cordada no llegó a realizar la repetición completa, sino que tras el tercer y peligroso largo, cruzaron las cornisas hacia la derecha para ir a tomar la escalada de la Vía Normal. Julio Porta lo relata de la siguiente manera: “Cuando digo que el paso más difícil era el agujero de la chimenea primera digo la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Partamos del principio de que contábamos con bastante habilidad para eso de poner clavos, cuñas de madera, piedras empotradas, etc. y llevados por ello confieso que por falta destreza o más posiblemente por exceso de miedo, yo que estuve en todos los asaltos previos y fui el promotor de la idea de la repetición, los diedros de encima de la entosta los hicimos a golpe de clavo, uno detrás de otro, lo que ahora llamais A0. El "tubo de los chemiqueos"?!! JOO QUE MIEDOOOO !! Tira pa la derecha, que es la Normal...

Con el paso de los años la vía, sin llegar a caer en el olvido, sí que va contando con escasísimas repeticiones saliendo por el Tubo de los Chemequeos realizadas por escaladores de alto nivel como Ambrosio García Izquierdo, Jesús Vallés, Ángel López “Cintero” o Gonzalo Prado entre otros. Todos ellos guardan en su memoria el terrible tercer largo, el de salida de la entosta, como un punto clave de la vía por su dificultad y por el esfuerzo psicológico que exige el equipamiento y la roca. A mitad de ese tercer largo, Abel Barcina e Iñaki Ortiz de Zárate abrieron una variante-embarque en junio de 2009 que toma uno de los diedros que hay a la izquierda de la vía original.


Reseña de la vía (hasta el escape por la vía Normal).
Largo 1:  Escalar la profunda y estrecha chimenea, fácil y desequipada, más cómodo cuanto más afuera. La reunión formada por dos buriles se encuentra en una oquedad, muy metida en el interior de la chimenea. Es mejor chapar con un alargue y seguir para arriba.

Largo 2: El agujero que domina la reunión es mejor evitarlo por fuera. Escalar dos estrechamientos difíciles seguidos. El primero está equipado con un clavo y el segundo, más difícil, está desequipado. Continuar por terreno más fácil hasta la cima de la entosta. Cruzar unos metros hacia la izquierda por una repisa, fácil pero expuesto, hasta llegar a la reunión. Dos buriles. Recomendable enlazar largos 1 + 2, consiguiendo un largo de unos 50 metros y V+/6a (obligado).

Álvaro Lafuente en el inicio del tercer largo
IMPORTANTE: Sobre la reunión de la cornisa, copio la recomendación de Jesús Faguas: "Si vas otra vez a Los Diedros, no te asegures a los buriles que hay en la reunión de la entosta, rómpelos. Llevábamos tornillos más delgados y tuvimos que poner en el agujero monedas dobladas". En aquel intento, repelaron de ahí Faguas, Racaj, Porta y Urcina con un buitre rescatado,

Largo 3: Salir a la izquierda de la repisa y escalar la clara fisura. De vez en cuando en este largo va apareciendo algo de equipamiento de aspecto muy dudoso -clavos y tacos principalmente-. Tras la fisura, llega una repisa y tras ella un diedro desplomado y roto. Tras él otro diedro más fino del que saldremos con un paso de placa desequipado (con restos de clavaderos) hacia la izquierda, para terminar subiendo con ligera tendencia a la derecha. Cuidado aquí con no seguir unos visibles clavos hacia la izquierda que corresponden con la variante Abel-Iñaki. Al llegar a una cornisa, recorrerla unos metros a la derecha hasta ver unos clavos en una fisura y seguirla hasta otra cornisa más amplia. Desde aquí, montar reunión donde se pueda para seguir escalando la vía original o recorrer la cornisa a la derecha hasta una sabina y de ahí escalar unos metros hasta encontrar la vía Normal.

Largos 4 y 5 (tubo de los chemequeos) de la vía original: Sin referencias directas.

Opción escape vía Normal: Tras terminar el tercer largo, recorrer fácilmente las cornisas hacia la derecha hasta encontrar la vía normal, equipada con paraboles. Si no la cogemos suficientemente arriba es posible que tengamos que escalar algunos metros de la Vía Oeste (desequipada). 

Descenso: Desde la cima, por la cara que da al macizo de los Fils, realizar un rápel de 50 metros hasta el collado y seguir descendiendo por la ferrata hasta llegar de nuevo a la base de la vía tras rodear la peña.

Nuevas guías escalada: Morata, Ordesa, Riglos...

Por fin tenemos en el horno la nueva guía escalada de Morata (en rigor, Escalada en las Torcas de Chodes) que los escaladores aragoneses y foranos llevábamos tanto tiempo esperando.

La firma de sus dos autores, Mikel Silván (quien ya fue coautor de la anterior guía de la provincia de Zaragoza) y Carlos Bona (sí, sí, Charlie de Aragón en Vertical), sería por sí sola ya una garantía de calidad y de exactitud en la información, pero es que además la guía es el fruto de muchos meses de trabajo metódico en el que queda reflejado ese esfuerzo con una exhaustiva descripción de todos y cada uno de los más de 700 largos de esta escuela, la mayor de toda la provincia de Zaragoza.

Toda la información la tenéis en el blog de Charlie, en su entrada Nueva Guía: ESCALADA EN LAS TORCAS DE CHODES (Chodes - Morata de Jalón). Aunque no es necesario ya que las ventas están aseguradas, deseo desde aquí el mayor de los éxitos para esta nueva guía y para sus autores.


Aprovecho también para nombrar la próxima publicación de la Guía de escalada de Ordesa, por Rémi Thivel y Christian Ravier con la colaboración de Martín Elías, y la (esperemos) también próxima publicación de la nueva guía de escalada en Riglos, por Felipe Guinda.

Equipamientos, reequipamientos, desequipamientos, restauraciones.

¿Desequipamientos? ¿Sobreequipamientos?
El polémico tema de los reequipamientos o desesquipamientos no es nuevo, basta revisar viejas revistas o publicaciones para comprobar que siempre se encuentra un punto de enfrentamiento y discusión sobre el itinerario de una nueva vía que aprovecha una antigua, la cantidad de material emplazado, el material que se retira, si se equipa por arriba, si se abre desde abajo tras una preparación de la vía... El asunto de la discusión, como decía, no es nada nuevo; más bien es viejo y recurrente, pero por una razón o por otra nunca deja de estar de moda. Sin embargo, es una evidencia que los parabolts (o "plagabolts", según se puede leer por algún sitio) atraen a la gente. Lo único que pretendo con este artículo es mostrar mi opinión en la que el cómo subir es más importante que el hecho de subir y recopilar ciertas actuaciones que se han producido en los mallos.

1964. Primer desequipamiento en Riglos
Antes de nada, expondré aquí a grandes rasgos un criterio sobre equipamientos que me enseñaron cuando empecé a escalar y que lo considero como el más adecuado. En fin, no es nada nuevo, basta leer la Declaración del Tirol de Buenas Prácticas en Deportes de Montaña. Se parte de la base que los aperturistas (o equipadores, en su caso) dotan a la vía de un estilo o una personalidad que se debe de respetar. El itinerario y el equipamiento fijo forma parte de esa personalidad de la vía; es decir, hay quien considera las expansiones como un recurso poco ético y quien lo ve como algo necesario y sin ninguna connotación peyorativa para la calidad de la vía. No entro a valorar qué es mejor, simplemente quiero decir que, en términos muy generales y hablando de aperturas, la cantidad de buriles / spits / parabolts emplazados nos dan información sobre las capacidades de los aperturistas y/o sobre su concepción ética de la escalada. Insisto; hay mil excepciones, aquí sólo hablo en términos generales.
En equipamientos desde arriba, la cosa cambia. El equipador no se la ha querido jugar, cosa criticable pero entendible, y decide dejar la vía preparada dejando los seguros en el mejor lugar posible para su posterior encadenamiento. Es otra manera de hacerlo, muy criticada hace años, pero hoy en día se ha convertido en la más habitual y recomendable para vías de escalada deportiva.

Quizás haga falta una restauración
El problema surge al intentar conjugar los dos estilos, tradicional y deportivo, en una misma vía. Si una vía ha sido abierta en el estilo tradicional, lo normal el que se siga respetando ese estilo de escalada y equipamiento, no siendo óbice para que si un seguro deja de hacer honor a su nombre (deja de ser seguro) sea sustituido por uno que sí que cumpla la función ¿Cuántos cordinos raídos hemos mosquetoneado, cuántos buriles oxidados hemos chapado, de cuántos clavos a punto de salirse hemos rapelado? No veo por ninguna parte el conflicto moral de cambiar una driza de varias décadas de solera por un anillo de dyneema. Con esto no quiero justificar una barra libre a la sustitución de anclajes, más bien al contrario. El compromiso -y relacionado a él, la exposición- es un factor inherente a la escalada tradicional en mayor o menor medida y así se debería mantener, pero es una pena comprobar como magníficas escaladas clásicas se convierten en auténticas cutre-vías por no tener un mínimo de "mantenimiento". Igualmente, habría que ser muy respetuoso a la hora de abrir itinerarios deportivos en las proximidades de vías para escalada tradicional, ya que haciéndolo así, eliminamos toda posibilidad de compromiso.

Por otra parte, nos estamos acostumbrando demasiado a comprobar como blandiendo el argumento de la seguridad, se destrozan vías clásicas sin el menor pudor. Todos queremos salir vivos de una vía, eso está claro, pero debemos ser humildes y reconocer que, si no podemos realizar una escalada sin que afecte a nuestra integridad física, lo mejor será no meternos en ella. Una vía no es propiedad del aperturista, pero se entiende que, por respeto y por la autoridad moral que representa, debería de contarse con su aprobación al acometer modificaciones sustanciales. También sucede que por incapacidad o por necesidad algunos escaladores han precisado añadir seguros adicionales a los ya encontrados. Puede ser entendible cuando las circunstancias nos han superado, pero adaptar ex profeso una vía a nuestras capacidades (sobreequipamiento) y no nuestras capacidades a la vía (entrenamiento y experiencia) no deja de ser un chapucero atajo que nos convierte en escaladores especializados de vías mediocrizadas. No nos confundamos; no existe ningún derecho universal que legitime una escalada 100% segura a base de sobreequipamiento y si ese derecho existiera entraría en confrontación con el legítimo derecho de un escalador de querer escalar esa vía con el mismo compromiso que en la apertura.

No todo genera polémica. Hay actuaciones que se han realizado con un amplio consenso y aceptación como las restauraciones del Espolón Arrabal, la Norte del Puro, la Cintero, la Bixente Inuxente, la Ursi... pero en otros casos no todo el mundo ha estado de acuerdo.
Edito (ene'11): "Arnaldos" puntualiza muy acertadamente este párrafo con una interesante entrada en su blog Retroroc. "No puedo opinar sobre algo que desconozco, y lo cierto es que no he escalado estas vías después de su reequipamiento, pero dudo mucho que ninguna de ellas mantenga nada parecido a su carácter original. No entiendo entonces el porqué de ese consenso y aceptación tan generalizados...bueno, sí que lo entiendo...". No dejéis de leerlo.

Recomiendo igualmente el artículo Escalada de opiniones de Armand Ballart en su blog Teràpia Vertical sobre este mismo asunto. Empieza así: "Por norma general, las paredes y sus itinerarios de escalada, son un patrimonio de dominio público que hay que cuidar y respetar, de lo contrario perdemos todo  su carácter. Antaño, sólo los escaladores experimentados llegaban al oficio de aperturista. Ahora, cualquiera que sepa manejar un taladro, puede recrearse por la vertical dejando su huella para la posteridad. Hasta aquí todo correcto, cada uno tiene la libertad de hacer lo que le parezca, siempre y cuando no distorsione el talante de un lugar. Existe una ética en la atmósfera, algunos la sintonizan, otros no. Es la gracia de la afición de subirse por las paredes, hacerlo con ilusión, respeto y unas mínimas reglas de educación".
  • El caso de la via ferrata del Firé. "Ferratización" y silencio 
El histórico paso de la vía, convertido en ferrata
¿Hasta dónde se puede justificar un sobreequipamiento? Aquel que justifica que se añadan algunas chapas de más quizás tampoco vea mal cuando el equipamiento se nos va de las manos. Hoy en día, desde el Jardincillo hasta la punta No importa, una desmesurada (¿cuál no lo es cuando pisa una clásica?) ferrata asegura los pasos y los destrepes de quien quiera pasar por ahí. Ojo a la gravedad del asunto: se trata de la primera vía de Riglos, abierta nada más y nada menos que por Jean Arlaud 75 años antes en el Firé, el mallo más representativo de la escalada tradicional, en el que sólo una vía se ha abierto desde arriba, y se equipa con cable con no sé muy bien qué justificación. Incluso el bellísimo paso de la vía (esto ya no es de Arlaud) que bordea la punta Mateo en una impresionante y aérea travesía ha sido ferrateada, impidiendo la escalada a quien quiera hacerlo ¿No es eso una terrible iniquidad ante la historia de esa vía?
Edito (mar'11): Publico aquí el comentario de Felipe Guinda:
La semana pasada, aprovechando una ascensión al Fire, retiré todo el material de la ferrata del Fire, quedando exactamente como estaba anteriormente. El material no es mío, por lo que espero a que sus propietarios me hagan saber dónde lo dejo. Si no, lo dejaré dentro de un tiempo en el refugio.
No busco polémica alguna, simplemente informar de un hecho.

¿Exceso de seguridad o falta de ética?
Intentaré no repetirme en exceso. Una vía clásica, caída en el olvido y que, de la noche a la mañana, es sobreequipada y rectificada en su itinerario original. Apenas se producen unos pocos lamentos, manos a la cabeza y búsqueda de respuestas que no llegan, pero a la hora de la verdad, se convierte en una vía en la que ningún fin de semana falta una cordada que la recorra, Desnivel le dedica un artículo a la "Nueva José Antonio Sanz" y multitud de piadas en blogs y foros constatan que 40 años después, se pone de moda gracias al equipamiento. Es un hecho: los parabolts atraen al escalador.

  • El caso de la Directa a la Visera. Sobreequipamiento sin permiso de los aperturistas, polémica y restauración.
Vía clásica. Abierta de un modo muy difícil y expuesto en condiciones invernales absolutamente duras. En toda la vía sólo quedaron tras la apertura 48 buriles de 2.5cm de longitud, bastantes de ellos colocados en el último largo en unas condiciones dificilísimas: "Abrir el último largo de la Visera me resultó difícil. Fue algo malabarístico. Evité por todos los medios recurrir al buril. Cuando llegué al vértice del extraplomo era de noche y la roca estaba mojada por la lluvia. Escalé a oscuras. Mis botas eran de suela muy rígida y sin goma cocida. Era lo que había." Tras la apertura, Antonio Gómez Bohórquez "Sevi" se manifiesta en contra de añadir más equipamiento con estas palabras "Esperamos que aquellos que quieran repetir la vía tengan la suficiente mentalidad alpinística para no añadir más buriles. De esta forma, la Directa a la Visera no se desvalorizará y podremos contar en España con otra ruta de gran belleza y dificultad". A pesar de esto, 30 años después, la vía se equipa "para hacer en deportiva" y consecuentemente los escaladores comienzan a acudir de manera muchísimo más frecuente que antes. Dos años después, los aperturistas aprueban la restauración de la vía de la que, por ahora, no existe más información.

  • El caso de la Serón-Millán al Pisón. Medio reequipamiento sin polémica. Posterior restauración completa con permiso de un aperturista; otro se manifiesta posteriormente en contra.
¿Era mejor dejar esto así para siempre?
Lo vivo en primera persona porque la idea de la restauración nació de mí. Me entristecía comprobar como, desde el reequipamiento de la parte superior, la inferior estaba condenada a olvidarse ya que todas las aguerridas cordadas que intentan subir desde el suelo se bajan en la primera reunión. Queremos hacerlo todo de manera ultracorrecta: pedimos permiso a Ángel López "Cintero" -el promotor de la apertura- que nos lo concede, entramos desde abajo, sustituimos buril por parabolt (y no siempre), sustituimos cordinos viejos por nuevos y no añadimos más expansiones. Durante dos meses no hago otra cosa que trabajar en esta vía, paso más miedo que siete viejas y, al final, la vía queda restaurada: mantiene la exposición y dificultad que nos encontramos escalándola desde abajo, pero por lo menos ahora los seguros sirven para algo. Y entonces aparece un comentario de Pepe Díaz en el anuario de Montañeros de Aragón diciendo que a él nadie le preguntó y que ya basta de vías de deportiva. Se me cae el alma a los pies. Cada cual es libre de protestar sobre lo que le parezca, pero en ese momento me pregunto qué es lo que entiende Pepe Díaz por "deportiva" y dónde están sus comentarios en contra del los equipamientos (éstos sí "deportivos") de vías en las que él también participó en la apertura como la Sureste de la Aguja Roja o de la Oeste del Cored o, qué coño, de la parte superior de la Serón-Millán. Dudo si su negativa viene dada por restaurar la parte de abajo, cosa que no tendría sentido ya que tendría que haber protestado igual por la parte superior, o por haber supuesto por nuestra parte que al obtener el permiso de Cintero también recibíamos implícitamente el suyo.

  • Varios casos de vías abiertas en estilo tradicional y reequipadas en modo deportivo por los mismos aperturistas.
Son múltiples y no quiero entrar en demasiados detalles; algunas gustan, otras no. En unas vías los reequipamientos se realizan inmediatamente tras la apertura, es el reciente caso de El abuelo Roger al Fire, y en otros pueden pasar bastantes años hasta que florecen los parabolts, como sucedió con la Torrijos a la Visera. Tampoco tengo una opinión formada al respecto de estas actuaciones. Sólo enlazaré un interesante artículo del blog Retroroc llamado La ética elástica que puede dar que pensar a más de uno. Por cierto, la presentación del blog es gloriosa, una pena que no se me ocurriera a mí antes para el mío: "Encontrarás información de todo lo que no te interesa. Fotos pasadas de moda, vídeos de mala calidad y reseñas de vías antiguas que no quieres hacer." Magnífico.
Precariedad en la cima del Puro

  • Varios casos de vías clásicas en proceso de miseria por desidia y cutrez de los escaladores. Indiferencia de los escaladores ante seguros ruinosos, robo de material.
Cima del Puro, asegurada por los mismos tres féretros desde hace la tira de años. Subo el 4 de enero de 2011, tras casi dos años sin pisar esa cima y me encuentro con que un clavo se ha salido, otro se mueve peligrosamente y un tercero está bien fijado, pero asoma cuatro dedos, ignorando qué porción de féretro sigue clavada. Mando mail a la FAM para dar aviso, publico una entrada en los Caracoles y de modo privado algunos conocidos me informan de que eso lleva ya un tiempo así. Me quedo de piedra ¿Ya se sabía y nadie ha avisado a nadie? De la FAM todavía no he obtenido respuesta.
Edito 19ene11: Por cauces extraoficiales, me entero de que ya se está trabajando en ello.
Edito 15mar11: Sin embargo, en este enlace la realidad demuestra que todavía no se ha hecho nada. 
Edito 18abr11: Jonbaine en los comentarios, confirma que el estado de la reunión sigue siendo el mismo que denuncio aquí. "Ayer (domingo 17 de Abril) repetimos la normal al puro y pudimos comprobar cómo sigue la misma situación que aparece en las fotos.
Y pude apreciar con terror como los segundos de otras cordadas colgaban como chorizos en este último largo."
Edito 21ene12: La cosa sigue igual. Más comentarios: "La última semana de diciembre del 2011 la reu del Puro seguía igual, y la verdad es que da un poco yuyu cuando el compa te dice que va petao y se va colgando constantemente".


Mezquindad en la Galletas
Chimenea de la Galletas. Pequeñas drizas que marcan la existencia de puentes de roca para que aquel que las escale, las vea rápido y pueda enhebrar su puente de roca. La última vez que la escalé, vi que alguien había dejado sus cordinos enhebrados para provecho de las siguientes cordadas. Así fue. Alguna de las siguientes cordadas sacó verdadero provecho y fue tan mezquina como para llevarse medio metro de cordino en cada puente de roca como botín de guerra. Al menos, dejó las drizas.

Aguja Gómez Laguna (Riglos): reseña y croquis


Homenaje a Luis Gómez Laguna 20oct1957
El Gómez Laguna -que no sé muy bien si hay que denominarlo mallo, aguja o monolito, como le denominaron los primeros ascensionistas- se puede enmarcar dentro de los mallos olvidados. Tristemente famoso por el oportunista homenaje oficial y toponímico que el ayuntamiento de Riglos ofreció a don Luis Gómez Laguna cuando llegó a la alcaldía de Zaragoza esta aguja, que vista de perfil parece que se echa hacia atrás ante la presencia de la Aguja Roja, no ha vuelto a vivir la abundancia de cordadas que en tiempos recorrían sus paredes. Es curiosísimo que, a pesar de que su aproximación es exactamente la misma que para la archivisitada Normal de la Aguja Roja, pocas cordadas se atrevan a intentar su escalada. La falta de datos sobre este mallo -algo que se ha hecho desgraciadamente indispensable en nuestros días- y el terrible aspecto desde la cara norte de la Aguja Roja lo han condenado injustamente al ostracismo en la comunidad escaladora.


Los primeros años de escalada en el Gómez Laguna, que hasta su primera ascensión fue conocido como "el pimiento", fueron una concatenación de "primeras" favorecidas por su abundancia de fáciles cornisas, que permitían cierta libertad a la hora de elegir el itinerario, y su cómodo acceso por la cara norte desde el Hijo. De esta manera, en los 10 años que siguen a su conquista, se registran hasta 7 variantes (y variantes de variantes) para acceder a su cima a la que, curiosamente, sólo llega un largo, es decir, todas las vías de este mallo convergen en una única tirada final.



En el puente de roca
Primera ascensión al monolito "Gómez Laguna"
Montañeros de Aragón. Riglos 6-Oct-1947

Se comenzó la escalada a las 9 de la mañana con tiempo bueno pero con aire huracanado.
Su ascensión empieza por una chimenea de unos 20m. de altura. A continuación por medio de una doble cuerda se salva una pared vertical completamente de unos 12m. hasta llegar a una repisa muy [ilegible] en donde hay que hacer un paso horizontal (hacia la derecha) por donde se coge una chimenea que conduce hasta otro rellano. Desde entonces se vuelve a coger la pared por la parte que está enfrente a la "Aguja Roja" continuando así hasta la cima a la que llegamos a las 6'30 de la tarde, empezando el descenso a las 7 después de dejar el buzón debajo de la piedra grande que se encuentra en la cima, haciendo los rappels de repisa en repisa ya completamente de noche terminando el descenso a las 9 de la noche.
Está 1ª ascensión al monolito "Gómez Laguna" la dedicamos:
Ángel Serón a Goyita Monje

Antonio Ansón a la srta. Mª de las Nieves Ubide Sánchez
Francisco Fau Campmany a la simpática y bonita Marujita Asún de Riglos
 
Vía Normal. Ficha técnica:
Largo 1: Ascender al puente de roca que une el Gómez Laguna con la Aguja Roja desde la canal oeste, una especie de diedro tumbado que no llega a ser chimenea, de escalada muy fácil pero desequipado, a excepción de un par de puentes de roca. Reunión en dos viejísimos buriles situados encima en la pared del Gómez Laguna, ya encima del puente de roca. III+, 25 metros. Una manera más común de llegar al puente de roca es utilizar la entrada directa, que es el mismo recorrido que se hace actualmente para la Normal de la Aguja Roja.
Primeros largos Gómez Laguna
Largo 2: Bonito muro equipado con clavos y parabolts (6a/ Ae) que nos deja en una fácil y larga cornisa que se recorre hacia su derecha hasta el final, ya en la cara este, donde encontramos una reunión con dos paraboles (chapas sin argolla). 6a/Ae, 30 metros. Hasta aquí, en tiempos, se podía llegar por otra variante que llegaba directa desde el suelo, pero la descomposición de la roca y la gran cantidad de vegetación que se encuentra en la base en la actualidad, no hace recomendable su escalada.
Reunión intermedia 3er largo de la Normal
Largo 3: Remontar el diedro que forma el muro con la entosta de la derecha hasta situarnos encima de dicha entosta, donde existe una vieja reunión de dos buriles que no montaremos. Continuamos por el muro de encima de esa vieja reunión con ligera tendencia hacia la izquierda, hasta llegar a una sabina que da entrada a otra gran cornisa. Unos metros a la izquierda de la sabina, de nuevo en la cara sur, reunión de dos pes expansivas. IV+, 35 metros.
Largo 4: Andando por la repisa hacia la izquierda, descender un pequeño escalón con sabina donde encontraremos una reunión moderna (instalación de rápel) que no montaremos, sino que seguiremos unos pocos metros hasta llegar al espolón oeste, donde existe otra reunión con dos paraboles y un viejo clavo. III, 15 metros. Gestionando bien el roce de las cuerdas, es posible enlazar los largos 3 y 4.
Largo 5: Bonito largo, vertical, aéreo y mantenido en el que de nuevo nos aparecen los paraboles entre los clavos. Reunión en sirga. V, 20 metros.
De aquí a la cima nos queda subir un par de metros ayudándonos de cuerda fija.

Descenso: Desde la última reunión, hacer un rápel de 20 metros por la cara sur hasta llegar a la instalación de la última cornisa. Desde aquí, con cuerdas de 60 metros llegaremos muy justos hasta el suelo aunque es más recomendable tratar de llegar hasta el puente de roca con un fácil péndulo y hacer un rápel más para quitarnos de la vertical y evitar las peligrosas piedras que tiraremos al recoger las cuerdas.
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Rápel del Gómez Laguna
Las siguientes ascensiones no siguieron el itinerario original. La segunda escalada fue realizada el 5 de abril de 1950 por Víctor Carilla, que moriría pocos días después en el Puro, Ángel Serón de nuevo y Julio Hernando. Sobre la nueva vía, la piada no ofrece ningún dato aclaratorio; simplemente se limita a decir que "la ascensión fue efectuada por diferente sitio que la primera vez" -¿quizás por el sur desde lo que más tarde se llamaría "el aborto"?- y sí explica los problemas que tuvieron en el descenso al quedarse las cuerdas enganchadas y verse obligados a destrepar desde el puente de roca hasta el suelo para volver al día siguiente a recoger el material abandonado.

Algo parecido sucede con la vía Directísima (la llamaré directa de 1954 para diferenciarla del resto de entradas y variantes) de Montaner, Orobitg y Rabadá el 19 de marzo de 1954 y que supuso la tercera ascensión. La escueta piada dice "Cordada de Montañeros de Aragón. Ascensión realizada con lluvia y fuerte viento y mucho frío. La subida nos costó 9 horas y la bajada casi otras tantas."



Vía directa de 1954. Ficha técnica:
Largo 1: Ascender al puente de roca que une el Gómez Laguna con la Aguja Roja por el diedro este, coincidiendo con el recorrido habitual para ascender a la Normal de la Aguja Roja. Al situarnos encima del puente de roca, continuar por el muro que lo domina y que está equipado con clavos y parabolts (6a/ Ae) el cual nos deja en una fácil y larga cornisa que se recorre unos pocos metros hacia su derecha. Desde el puente de roca hasta aquí, coincide con la vía Normal. Escalar el breve muro que domina esta cornisa (más fácil cuanto más a la derecha) y escalar un cortísimo diedro hasta llegar a otra cornisa donde existe una reunión con 3 buriles y dos pes expansivas. 6a/Ae, 35 metros. Si no hemos gestionado bien el roce, podemos montar reunión en la sabina que hay a la derecha o en los buriles detrás de ésta y, una vez reunidos, trasladar la reunión a las "pes" haciendo un corto y fácil largo en travesía a la izquierda.
Largo 2: Bonito largo, vertical y mantenido, escalando con cierta tendencia hacia la izquierda donde alternan los clavos con los paraboles. Ya al final, el muro se vuelve menos vertical y la dificultad decrece. Encontraremos una reunión moderna (instalación de rápel) que no montaremos, sino que seguiremos unos pocos metros hasta llegar al espolón oeste, donde existe otra reunión con dos paraboles y un viejo clavo. 6a/Ae, 25 metros.

Último largo del mallo
Largo 3: Coincide con el lago 5 de la vía Normal. Bonito largo, vertical, aéreo y mantenido en el que de nuevo nos aparecen los paraboles entre los clavos. Reunión en sirga. V, 20 metros.
De aquí a la cima nos queda subir un par de metros ayudándonos de cuerda fija.

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El 16 de abril de 1954, en plena Semana Santa, los escaladores catalanes J. Nubiola, J.M. Torras y J.M. Anglada realizan la 4ª ascensión al Gómez Laguna, realizando la primera repetición de la vía normal. Su relato es el siguiente: "Como no conocemos bien esta parte, perdemos bastante tiempo tratando de localizar la "Gómez Laguna", nos encaramamos encima de un puente rocoso que separa dos monolitos y optamos por el más pequeño. En escalada totalmente libre, pues sólo clavamos dos pitones a la salida para superar un desplome, llegamos a la cumbre al cabo de 4 horas y vemos que, efectivamente, estamos en la cumbre de la Aguja "Gómez Laguna" habiendo efectuado la 4ª ascensión. Es una escalada sumamente expuesta debido a la mala calidad de la roca que se suelta muy fácilmente, lo que impide disfrutar a fondo. Bajamos en tres "rappells" casi a obscuras y a las 9 estamos de regreso en el pueblo". Poco después, "Cintero" y de Pablo realizan la 5ª ascensión por la ruta que denominan "vía Puente-Chimenea" -con toda probabilidad, de nuevo la vía original-.

La 6ª escalada al Gomez Laguna fue realizada por Rafael Montaner y José Antonio Bescós de nuevo con apertura, llamando a la vía Cuerviñán Norte, aunque intriga el hecho de que digan que hicieron la 3ª ascensión al Hijo. Si ellos hicieron la 3ª, ¿quién hizo la segunda? ¿Quizás Carilla, Serón y Hernando en la segunda absoluta al mallo? Si es así, ¿qué ruta realizaron desde ahí? ¿había una Cuerviñán sur? El nombre quizás haga referencia al balcón de Cuerviñán en Mezalocha, donde Montaner y Rabadá abrirían más tarde, en 1959, el famoso diedro, pero eso son mis conjeturas. El relato no despeja muchas dudas:
"Cordada del GEMA compuesta por Rafael Montaner y José A. Bescós, haciendo el hijo por la cara norte y bajando por la cara sur, comenzando la escalada al Gómez por la canal existente entre éste y un mallo adherido a esta pared siendo bautizado con el nombre del Aborto. Desde allí por una travesía horizontal descendente hacia la izquierda alcanzamos la tercera repisa, dándole la vuelta al mallo y continuando la vía normal hasta la cima (...) Riglos, 13 de junio de 1956". El 22 de julio de ese mismo año, esta vía vuelve a ser repetida por R. Ligorred, P. Peña, E. Vicente y A. Virgili calificándola de "vía magnífica", pero sólo 3 días después, J. Vicente "Nanin" y Pepe Díaz, que acceden al Aborto por la Chimenea del Zarzal, realizan la siguiente calificación: "Un poco moñudo el paso horizontal". Tan "moñuda" debió de parecer la escalada a Pepe Díaz que junto con Francisco Molina en noviembre de 1956 firma la "1ª variante a la vía Cuerviñán Norte" de la que no aportan ningún dato técnico. Sobre la entrada directa por la cara este y hoy en día impracticable a causa de la vegetación, no he encontrado ni fecha de la apertura ni los autores. La antigua guía de Riglos de Montaner y Orús, no obstante, desaconseja esta escalada sin mencionar la vegetación: "Itinerario poco recomendado por la acusada descomposición de la roca".

En la travesía de la Cuerviñán Norte
En la actualidad, 3 vías se podrían recomendar para quien quiera subir a esta afilada aguja:
La Normal: itinerario sinuoso, pero fácil y evidente. La roca en la cara este no es del todo buena y está comida algo por la vegetación, lo que afea algo la escalada.
La Directa: más elegante que la Normal al no salirse de la cara sur y no hacer tantas travesías, aunque resulta algo más difícil. En términos generales, más recomendable.
La vía de las Ñapas (espolón oeste): Abierta el 28 de marzo de 1970 por F. Monzón, R. Fayos y P. Alcay. Recientemente reequipada.

La escalada desde la cara Norte -llegando a la entosta del Aborto por la chimenea del Zarzal o rapelando desde el Hijo- no es muy recomendable. Las escaladas ni son más directas, ni más rápidas, ni más elegantes, ni mejoran significativamente las características de las vías de la cara sur a la que, de todos modos, hay que volver para ascender a la cima.

Dos notas anecdóticas sobre esta aguja y sus piedras. La primera: existió en tiempos en la cima una piedra enorme a la que Serón hace referencia en la piada de la apertura y que alguien sin otra cosa mejor que hacer empujó al vacío. La segunda: el accidente que sufrió en 1963 el doctor (aunque por entonces no era doctor) José Ramón Morandeira en este mallo y que desde entonces le valió el alias de "Morrofiemo". En el libro que se publicó en Montañeros de Aragón en conmemoración del 75º aniversario de la fundación del club, Morandeira explica el accidente y el origen del mote. Cuelgo aquí un extracto:
"Aquel día había ido a escalar a Riglos en compañía de mi inseparable amigo Luis Gutiérrez: el inefable, auténtico e irrepetible Guti. Madrugamos poco para no variar y se nos hizo tarde. Así que, para no perder el tren, decidimos ir a los mallos pequeños: al Gómez Laguna, detrás del Cored, que aún no lo habíamos hecho. Tras gran subida y bajada por donde no era, cuya dirección técnica asumió al completo el Guti que en estos menesteres era un maestro, llegamos al suelo.  Allí, ya seguros, el Guti permitió que me hiciera cargo de la delicada maniobra técnica de recuperar las cuerdas del rápel. Tiré de una, me pareció que estaba atascada y miré hacia arriba justo a tiempo de recibir en plena boca el impacto de un pedrusco, desprendido desde lo más alto.
¡Ay, ay, ay!, gemía yo con los labios destrozados, escupiendo sangre y trozos de dientes rotos ¡Si es que no te puedo dejar solo!, murmuraba el Guti al tiempo que me daba aire para el mareo y me limpiaba la sangre con un trapo (él lo llamaba pañuelo).
Pasó un buen rato. Deje de sangrar. Me dolía pero, pese al destrozo, no demasiado. Le pedi al Guti que bajara al pueblo y avisara a la Guardia Civil para que subieran a echarnos una mano, pero se nego: antes muerto que mezclado con picoletos; se lo impedía su ancestro gitano. Así que recuperó las cuerdas sin más incidentes, recogió todo en la mochila y tiramos glera abajo. Alcanzamos el camino del pueblo sin mayores problemas y, como yo no podía hablar, lo hacía él, animando: "Desde luego, macho, vaya morro de fiemo tan chungo se te ha quedado, como no comas por el culo lo tienes claro". Así, todo el camino andando hasta el pueblo en plan simpaticote. Aunque, eso sí, tuvo el gesto generoso de llevar todo el peso y me ayudaba cuando había algún mal paso: "No vayas a caerte, te vuelvas carafiemo a más de morrofiemo y me vengan los de tu tribu con historias, que son muy fachas"."

Normal de la Aguja Roja (Riglos). Reseña y croquis.

La historia de la escalada en los mallos pequeños y macizo de los Fils se inicia justo un año después de la importante conquista del Pisón. Francisco Peiré, quien precisamente fue uno de los conquistadores del Pisón y que en esas mismas fechas había abierto la vía que lleva su nombre a la cima del Firé, participa también junto a Á. Serón y T. Sami en la conquista de la cima de la Peña Don Justo el 3 de abril de 1947. Con esa escalada, comienza una frenética actividad de "primeras" en los mallos pequeños, macizo de los Fils y mallos de Agüero, cuyas conquistas son casi sincrónicas; de hecho, el mismo Serón, junto a Millán y Lagüens es quien 10 días después de lograr la Peña Don Justo consigue la Peña Sola de Agüero.

No hay que esperar mucho para registrar otra "primera" en ese mismo año de 1947. El 3 de mayo un nutrido grupo de escaladores del Frente de Juventudes consigue escalar el pequeño mallo Chichín, en apenas un largo de cuerda; con esa modesta conquista que los ascensionistas declaran "magnífica para principiantes" se logra la primera cima de los mallos pequeños, seguida tres semanas después por la escalada más clásica y repetida de los mallos chicos: la Normal de la Aguja Roja.

Por lo curioso que es el texto en cuestión de toponimia, me gustaría transcribir íntegro lo escrito por Francisco Fau en aquellos días. Los tachados son también transcripción exacta del texto original:

"Día 1º de junio. Salimos hacia la cueva Carasol con el fin de escalar el "Pimiento" creyendo que entre la punta de la izquierda (a la que hemos bautizado con el nombre de "Hijo") existía un puente como el que hay entre el "Pimiento" y la "Remolacha" "Aguja Roja" (el de enmedio y derecha respectivamente) pero íbamos subiendo y el "puente" que no aparecía, así es que nos quedamos con las ganas de hacer el "Pimiento", pero al fin y al cabo el "Hijo" es una primera escalada, por lo que no estamos tan disgustados.

(...) Día 4 de junio. Nos dirigimos otra vez a la "Remolacha" "Aguja Roja" pues ha amanecido con sol pero "posiblemente habrá tormenta", nos dijeron, predicción de la que no se equivocaron pues [ilegible] en la cima apenas podíamos estar de pie a causa del fuerte viento.
Iniciamos la escalada a las 10'30 coronando la cima a la 1 sin más incidentes que el haber caído los martillos y el buzón al llegar a una especie de chimenea que hay cerca de la cima. Después de hacer un colosal buzón de piedras y poner una bandera con la camiseta de Serón y [ilegible] el papel de las firmas en mi pañuelo y en una zapatilla bota de escalada iniciamos el descenso, 2 de la tarde, llegando al suelo a las 3'30."
Antiguos nombres del Gómez Laguna y la Aguja Roja
No tardaron mucho las cordadas en repetir esta escalada. Para liar aún más si cabe el lío toponímico del que ha sido, junto al Puro, el mallo de los tres nombres (ver entrada sobre toponimia de la Aguja Roja), la cordada de Guías Montañeros del Frente de Juventudes de Zaragoza que realizó la segunda repetición el 5 de junio de 1947 escribe en el libro de registro: "Queríamos llamarla Peña "Aragón", pero se nos adelantaron los botánicos", en referencia al nombre inicialmente atribuido de la Remolacha. Que hagan referencia a los botánicos me hace pensar que la sustitución del nombre de Remolacha por el de Aguja Roja sea posterior a 1947 y que la piada de Francisco Fau todavía no hubiera sido corregida en el libro de registro. En todo caso y como curiosidad, hubiera sido un caso único y esperpéntico de la existencia de un mallo al que le han atribuido cuatro nombres diferentes.

Como otro documento histórico más, el 14 de octubre de 1951 un joven Alberto Rabadá registra con su firma su primera escalada en Riglos, la que supone ser la 6ª ascensión de la Aguja Roja en el libro de piadas, aprovechando dicha ascensión para dejar el buzón de registro que no pudieron dejar los primeros ascensionistas, aunque dos años después Fernando Cantero y Antonio Virgili avisan que no han encontrado dicho buzón. No me resisto tampoco a enlazar el post que publicó Gregorio Villarig sobre su primera ascensión a la Aguja Roja en la que no pusieron ni un solo clavo. Por cierto, es curioso que al igual que los aperturistas, también tuvieron problemas con sus martillos en la escalada.
3er largo de la Normal de la Aguja Roja
La escalada a la Aguja Roja, originalmente se realizaba subiendo al puente de roca por el diedro-chimenea oeste, mucho más fácil, aunque más largo y hoy en día prácticamente desequipado. La Normal de la Aguja Roja se ha convertido en una gran clásica de iniciación a la escalada riglera, ideal como primera toma de contacto con los bolos. 

Ficha técnica:
Aproximación: desde el parking de los mallos pequeños, junto a la balsa, tomar el camino de San Román (GR-1) que se dirige hacia el macizo de los Fils. La pista en buen estado no tiene permitido el tránsito de vehículos a partir de la balsa.
Cuando estemos situados a la altura entre el mallo Cored y la Aguja Roja, estaremos atentos a un sendero que parte hacia arriba y suele estar indicado con un hito de piedras. Desde ahí, y con precaución de no desviarnos hacia el Cored, rodeamos por la izquierda (oeste) la Aguja Roja y nos internamos por la canal que separa la Aguja Roja del Gómez Laguna, pasando por debajo del puente de roca que une ambos. En el rellano que forma el collado entre ambos mallos, comienza la escalada.

Largo 1: Por el diedro formado entre la pared del Gómez Laguna y el puente de roca, ascender aprovechando alternativamente ambas paredes o la fisura entre las dos hasta situarnos encima del puente de roca. Pasos algo atléticos que nos pueden coger en frío si no se está muy acostumbrado a esta escalada. Cruzar el puente de roca y en la pared de la  Aguja Roja, encontramos la reunión. V, 20 metros.
Rápel en la Aguja Roja
Largo 2: Ascender por terreno fácil en ligera diagonal hacia la izquierda hasta la primera chapa, algo alejada. Continuar en la misma dirección hasta llegar a una grieta (hasta aquí se puede llegar directamente desde el suelo por una variante) y cuando un pequeño techo nos cierra el paso, desviarnos netamente a la derecha a una repisa donde se encuentra la segunda reunión. IV+, 20 metros.

Largo 3: Se trata de seguir hasta el final el claro diedro que domina la reunión. Reunión intermedia de rápel que no hay que montar. Seguir hasta la cima de la entosta que forma el diedro. Reunión en sirga. IV+, 35 metros.

Largo 4: Fácil por terreno evidente y tumbado hasta la cima. Reunión en sirga. IV, 20 metros.

Descenso:
Por la Vía Normal, montando el rápel en todas las reuniones excepto en la primera que se hace en el puente de roca, que no es obligatoria ya que en 35 metros se llega al suelo desde la segunda reunión. 

Mallos de Riglos: recopilación de vías nuevas (de 2000 hasta hoy)

Panorámica de los mallos

Aunque Charlie y los hermanos Cano hicieron hace pocos meses una recopilación de las novedades de Riglos en sus blogs Aragón en Vertical y Paredes del Mundo respectivamente, parece ser que de nuevo conviene actualizar la información debido a la proliferación de nuevas vías y restauración de las antiguas que se están observando en los mallos.

Realmente la cantidad de nuevas vías desde que salió la última guía (ya ha llovido) es más larga, pero he preferido no adelantar reseñas antes de que lo hagan los aperturistas o equipadores y he omitido voluntariamente los reequipamientos realizados (espolón Arrabal, Torrijos, normal del Cored, vía del Pájaro, Cintero al Puro, directa a la Visera, José Antonio Sanz...). En su día (2002) Felipe Guinda ya publicó las actualizaciones de su guía, con nuevas vías y reequipamientos realizados hasta la fecha.

Éste es el listado de aperturas en los últimos años:

Mallo Firé:
El abuelo Roger. 7b (6b/A0). Fernando Cobo y compañeros.
Maudite Aphrodite. 6c/A1. C. Ravier
Dos hombres y un bombón. ED/A2+. A. Ballart, R. Brescó, S. Casas.
Esteban de Pablo. 6a. Á. López "Cintero" y F. Orús.
Ernesto Navarro. 6a. T. Carasol y G. Villarig.

Mallo Castilla:
Kalachakra de roca. ED 7a. C. Ravier y J.C. Griso

Mallo Pisón:
Catalanes a la sombra. ED/A2+. Armand Ballart y Jaume Clotet
Principau de Asturies. 7b+ (6c/A0).Edu González
Vía del Bunny. ED-/A3. T. Carasol y A. Ballart
Misión cumplida. 7a+ (6b/A1) Edu González.
Sin chapas y a lo loco. A5/V. David Palmada "Pelut" y Jaume Clotet "Paca"


El Puro:
Directa a la Norte. 6b. A. Gª Picazo.

Mallo Cuchillo:
Vía de las madres. 6b. F. Cobo

Mallo Frechín: 
Currucuclillo. 6a. Curru (Gracias a jonbaine por el enlace)
Aires del Sur. 6c+. J.J. Cano y L. Rico

La Visera:
Buitre Blanco. Proyecto. J.J. Cano y A. Rodríguez
Popeye. 7c. Toño Carasol.
Zuzen. 7b.

Mallo del Agua:
Domingo en BamakoUn nuevo camino para coger tomillo) (. 6b+ (6a+/A0). Christian Ravier


Mallo Colorado: 
Vía de la amistad.

Exea. 6a/Ae. L. Royo y J. Benedé
María. 7a. 
Martola. 6a+
Carla. 6a. F. Guinda
Los kilos te sientan bien. V+. F. Guinda
Colorín Colorado. 6a


Mallo Herrera:
Espolón Dormilón. V+. A. Ballart y S. Casas

Mallo Magdalena:
Arista Sur. V. G. Villarig y J. Yarza

Mallo Ángel López (mallo Pegao, petoste del Magdalena):
Cara Sur. V. G. Villarig y J. Yarza

Mallo de la Canal:
Cara Sur. V. G. Villarig y J. Yarza.
Cara Norte. ¿Grado?. G. Villarig y J. Yarza.

Aguja Virgili:
Cara Sur. G. Villarig y J. Yarza.

Aguja Lázaro:
Cara Sur. V. A. García-Izquierdo y G. Villarig

Mallo Carilla:
Cara Norte. V+. G. Villarig y J. Yarza


Mallo Cored: 
Jesús Yarza. V. G. Villarig y J. Yarza
Teresa Alegre. 6a. G. Villarig y J. Yarza
Espolón Naranja. Ae. G. Villarig y J. Yarza

Edito sobre el mallo Cored: me corrige Jesús Yarza sobre mi comentario (ya borrado) en el que yo dudaba de los grados propuestos por los aperturistas, haciéndome ver que en realidad escalé la vía Teresa Alegre en vez de la vía Jesús Yarza, como yo creía erróneamente: "La Jesús Yarza tiene un V en el segundo largo. Donde sí hay un 6a es en la Teresa Alegre".

Vía del Suizo - Aguja Roja
Mallo Corona:
Cara Este. VI/A0. G.Villarig y J.Yarza

Aguja Roja:
Lucía. 6b+. F. Cobo.
Exocet. 6a+
Vía del Suizo, V+ A1, J. Ascaso y P. Expósito
Buenaventura. 6b, J. Plaza, K. Royo y D. Latorre

Peña don Justo:
Alba Villarig. VI/A1. G. Villarig, T. Carasol, Á. López "Cintero"

El tornillo:
Espolón Sol y Sombra. G. Villarig y J. Yarza

Os Fils:
El Destomillador,  6b+. M. Elías, C. Ravier
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