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Lo primero, la montaña

La normal de la Cuca Bellostas. Rodellar (Huesca). Reseña y croquis

La Ciudadela y la Cuca Bellostas
Bellostas  (o Bellosta) es un topónimo que por tres veces aparece en la Sierra de Guara. A la bonita, histórica y pequeña localidad de As Bellostas en la cabecera del barranco de Balcez (o río Isuala) hay que añadir las casas de los hermanos Bellosta en Otín y la aguja más emblemática de todas las que apuntan al cielo en el barranco del Mascún. Siguiendo la ruta de este nombre, parece evidente que el apellido Bellosta tiene su origen en el municipio de As (las) Bellostas y está comprobado también que el topónimo Cuca Bellosta o Cuca Bellostas procede de una curiosa y divertida historia que tiene a la familia Bellosta de Otín como protagonista.

Casa Bellostas, en Otín
La casa de Cosme Bellosta se hizo famosa fuera de la sierra de Guara gracias a la foto que realizó Lucien Briet el 17 de octubre de 1908 siendo todavía hoy -y a pesar de la ruina en la que se encuentra- una de las más monumentales de Otín y de las más reconocidas de toda la sierra. Sin saber el significado de "cuca" es difícil adivinar el origen del topónimo: La historia de "la cuca" surge por la reiterada costumbre que tenía algún miembro de la casa Bellosta de alardear de virilidad, muchas veces sin venir a cuento en la conversación, debido a la cantidad de hijos legítimos e ilegítimos que se adjudicaba el protagonista, así como del prominente tamaño que aseguraba que tenía su pene. Tan pesada se hizo esta costumbre que los vecinos de Otín se tomaron la venganza burlándose de la fantasmada y bautizando como "la Cuca de Bellosta" (la traducción literal vendría a ser "la picha de Bellosta") a la fálica aguja que desde el fondo del Mascún hasta lo alto de la costera de Otín controla el Real del Mascún. Desconocemos si el protagonista de la historia se sintió agraviado o agradecido con la comparativa pétrea entre su "cuca" y tan vistosa aguja.

La escalada de esta aguja fue un objetivo perseguido por las todavía escasas cordadas de escaladores que se acercaban a Rodellar a mediados de siglo XX. Los escaladores oscenses de Peña Guara previamente lograron vencer todas las dificultades serias de la que se conoce actualmente como vía normal, pero dejaron pendiente el proyecto y éste fue aprovechado por la cordada zaragozana Orobigt - de Pablo de Montañeros de Aragón para rematar el final de la vía y, de paso, rebautizar la aguja con el nombre de Manuel Bescós, fallecido un año antes en el descenso del Pisón.

La escalada de esta aguja, verdadero colmillo de la entrada en la boca del Mascún, es hoy en día una clásica muy agradable de realizar y en un entorno increible ya que la aproximación, remontando todo el Real del Mascún entre Rodellar y el inicio de la costera de Otín, permite recorrer unos paisajes de primer orden. Saliendo de Rodellar, realizaremos el camino de Otín hasta el inicio de la costera -donde la senda comienza a elevarse sin descanso hasta la llanura elevada de Otín- y, sin tomar la ruta a Otín, continuaremos remontando el cauce del Mascún unos minutos hasta situarnos al pie de la glera o pedrera que cae directamente desde la Cuca. No hay camino cómodo posible por esta glera, así que subiremos lo mejor que podamos, rodeando la base norte de la Cuca hasta situarnos en el collado entre esta aguja y la ciudadela. En total, 1 hora y media desde Rodellar.

Normal a la Cuca Bellostas. Ficha técnica.

Travesía de entrada
Largo de entrada. Para iniciar la escalada propiamente dicha deberemos de realizar un largo en travesía hacia la izquierda (cara norte), muy fácil pero expuesto y desequipado hasta llegar al spit - que es seguido por una interminable ristra de clavos del primer largo- que marca el inicio de la vía.

Descenso volado desde la cima
El primer largo (si obviamos la travesía de entrada) se encuentra hoy en día absolutamente "cosido" a clavos, siendo posible realizar toda su escalada en artificial sin forzar más que algún paso suelto en libre, siempre y cuando nos fiemos de la calidad y resistencia de los pitones allí emplazados. 6b (Ae) 25 metros

El segundo largo ofrece una preciosa salida por una fisura en la que se progresa muy bien en bavaresa y a partir de ahí las dificultades decrecen, pero también la calidad de la roca y el equipamiento. Reunión en una sabina rodeada por un buen montón de cintajos. 6a. 25 metros.

El tercer largo consiste en recorrer el corto tramo entre la sabina y la cumbre, por terreno fácil. III+. 15 metros. Posibilidad de empalmar estos dos últimos largos.

Vía prácticamente equipada con material muy vetusto, casi arqueológico, con algún caso absolutamente ruinoso; aunque esta vía se puede escalar sin llevar material de autoprotección, se hacen recomendables microfriends para las reuniones (aliens negro y azul), el Camalot 0.75 para la fisura del segundo largo y cordinos.

Respecto a su minúscula cima, no dejes de ver la Fotografía esférica de la cima de la Cuca Bellostas hecha por Ignacio Ferrando.

Para el descenso, la opción más directa y vertiginosa consiste en rapelar los 50 metros volados que desde la última reunión de la Paris-Texas (acceso expuesto) y tras un laborioso péndulo -cuidado con la longitud de las cuerdas, necesario machard o pato- nos deja en el collado de inicio de la escalada. La opción más fácil consiste en rapelar la vía y desandar la travesía de entrada hasta el collado de nuevo.

Nota importante: Debido a la normativa del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, en esta zona está prohibida la escalada del 1 de diciembre al 30 de junio por respetarse el periodo de nidificación.

Como documento histórico, transcribo aquí parte de la reseña original:
Primera escalada de la Aguja Manuel Bescós. 27 de junio de 1954.

Cortejo fúnebre de Manuel Bescós por las calles de Zaragoza
"No consigo quitar de mi mente el recuerdo de aquel aciago día en que un desgraciado accidente cortó la vida en flor del que fue compañero nuestro en la montaña y guía en la escalada, Manuel Bescós San Martín.

En aquel momento surgió en nosotros el firme propósito de que su nombre brillase con letras de gloria en la cumbre más alta que sin escalar hubiera. (...) Los Montañeros de Aragón pertenecientes al Grupo de Escalada hacían a principios de marzo una excursión con el fin de confirmar los rumores oídos sobre la existencia de un monolito de unos 70 metros llamado por los vecinos del lugar la "Cuca Bellosta".

Distante a media hora del pueblo de Rodellar (Huesca) y enclavado en el Barranco de Mascún, cual centinela perpetuo, yergue su figura colosal el monolito que hoy lleva el nombre del que fue amigo y maestro Manuel Bescós (q.e.g.e.).

El pasado día 26 de junio, un grupo de Montañeros de Aragón se trasladaron al Barranco de Mascún en autocar, montando el campamento a unos 10 minutos de la Aguja, procediendo a pernoctar en él para comenzar la escalada a la madrugada siguiente.

Primer largo de la Normal a la Cuca Bellostas
Debido a la inclemencia del tiempo nos vimos obligados a retrasar la ascensión por unas horas y así, tras las despedidas y deseos de suerte por parte de los compañeros, llegamos a la cara norte de la aguja a las nueve de la mañana para afrontar, después de una travesía horizontal, el comienzo de la escalada por la cara sur.

Empezamos el ataque teniendo que superar una ligera balma para entrar de lleno en una preciosa escalada vertical, donde la roca es segura y de no muy abundantes fisuras y escasísimas presas, teniendo que usar la doble cuerda y siéndonos de gran utilidad los estribos de tablas, hasta llegar al comienzo de una estrecha chimenea de unos 5 metros, al pie de la cual y en forzada postura, nos vimos obligados a reunirnos, ya que al primero de la cuerda se le acababan los mosquetones y las cuerdas no corren, pues nos hallábamos a unos 30 metros de la repisa de partida.

Manuel Bescós rapelando el Puro de Riglos tras su primera ascensión
Imposibilitados para hacer un paso de hombros como sería nuestro deseo, ya que la cordada se compone solamente de dos, y estando en una débil repisa lo consideramos improcedente, continuando la ascensión por la chimenea, y poco después de superada ésta, llegamos a lo primero que con un poco de imaginación podríamos llamar repisa y allí nos reunimos y encontramos un banderín metálico de "Peña Guara", señalando la máxima altura alcanzada hasta entonces. Después de unos minutos de descanso, continuamos la ascensión encontrándonos con una pared muy descompuesta que hace arriesgadísima en alto grado la escalada, y tras superar un difícil paso que tiene su base en la descomposición de la roca , toma la pared una leve inclinación (ilegible) escalada libre acrobática, hasta llegar a una nueva repisa situada a unos 2 metros de la cima, donde volvemos a reunirnos. A partir de aquí, el ángulo de inclinación se hace más pronunciado y, superándolo rápidamente, logramos alcanzar la cima a las siete de la tarde.

Dando gracias a Dios por el feliz término de esta primera ascensión, es nuestro deseo que brille en su cima con letras de gloria el nombre del que fue nuestro amigo y maestro Manuel Bescós San Martín.
(...)
Manuel Bescós San Martín. Protege desde el Cielo al escalador que ascienda a tu cima.

Material empleado: 2 cuerdas de 50 metros, 30 clavijas, 10 pitones, una pitonisa, 40 mosquetones y 2 estribos. Además de este material, se recuperaron 15 clavijas."

Fernando Orobigt Viñado
Esteban de Pablo

Yo he venido aquí a hablar de mi libro. Senderos de agua del Alto Gállego.

Atribuyen a José Martí aquella declaración de intenciones de tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol. Yo, desde la humildad o el conformismo ya estaba resignado a mantenerme en otro nivel y me había quedado más que satisfecho con adoptar un perro, escribir en un blog y plantar algo en mi balcón cada año. Sin embargo, las situaciones cambian y he cumplido una de esas premisas para ser un hombre completo y ahora, como Paco Umbral en su actuación estelar en televisión, hoy yo he venido aquí a hablar de mi libro. Aquel que caiga en este blog esperando encontrar las habituales historias sobre montañeros de referencia al leer este post se va a sentir defraudado, pero quería tener unas líneas y un ratico para algo en lo que he depositado bastante ilusión.

Cuando Ritxi y un servidor tuvimos la idea de catalogar exhaustivamente los descensos del valle de Tena, concretar esa ocurrencia en una publicación se antojaba algo bastante lejano. Sin embargo, ahora, un mes después de que el libro se haya publicado y con la seguridad que da a los autores saber que está vendiéndose muy bien, me permite como coautor observar reflexivamente el trabajo realizado y el tiempo invertido y concluir que ha merecido la pena.

Tengo que reconocer que ha sido Ritxi el que ha cargado sobre sus hombros el trabajo más duro; él tenía la motivación que me faltaba a mí para ir a explorar lejanos barrancos observados sólo en fotografía aérea, él dio la paliza (virtual) a los aperturistas para conseguir información y él se hincó en solitario una retahíla de descensos ponzoñosos sacrificando tiempo libre y material, sólo por el hecho de cumplir el objetivo de reseñar todo lo conocido y desconocido en el Alto Gállego. Gracias también a él y a su perseverancia se ha publicado la joya escondida del valle –la garganta del Costechal, cuya entrada es la portada de nuestro libro- tras decirle yo unas cincuenta veces la frase: “olvídate, ahí no hay nada” y darme cuenta una vez más de que era él el que tenía razón.

Y finalmente la criatura vio la luz con el interminable nombre de Senderos de agua del Alto Gállego. Barranquismo en el valle de Tena y Tierra de Biescas. El libro rompe con los esquemas establecidos por la costumbre en las guías de barrancos. No hemos convertido el catálogo de barrancos en un concurso de misses; es una recopilación de los descensos que existen en el valle y están los más bonitos, los más deportivos, los más acuáticos y también algunos que –con perdón- son una mierda. Hemos sido sinceros e incluso mi compañero en la autoría que tiene el listón barranquero más bajo que el común de los mortales, ha accedido a reconocer que ciertos descensos no merecen la pena. Los hemos puesto más pequeñitos, con menos líneas y con la consabida coletilla de “para coleccionistas”.

Descubrir y dar a conocer descensos ya abiertos como Santa Orosia, la parte superior del barranco del Infierno, Piniecho, Ollaza, Rimalo, la Garganta del Costechal e incluso haber tenido la suerte de haber realizado el primer descenso del barranco d’as Faxas justo antes de que fuera arrasado por un alud, da un punto de orgullo de autor. Que una vez que la gente lo ha leído todos los comentarios, incluso de quienes no nos lo esperábamos, sean positivos ya te deja lleno de satisfacción.

Aportamos también en el libro una novedad que creemos que es bastante útil en este tipo de publicaciones. La inclusión de ortofotos y mapas a escala 1:10000 que indica perfectamente la aproximación y el retorno, así como la información básica de cada descenso, para poder llevarte el mapa al barranco. Además, al estar hechos en polietileno en vez de en papel, no hay riesgo de que se moje o se rompa. Esto es lo que ha hecho que suba el precio del libro, pero creemos que ha merecido la pena apostar por esta novedad.

En fin, a los que os decidáis a comprarlo, espero que os guste. Enlazo en el lateral del blog el libro en Barrabés y aquí en La casa del libro para quien se quiera hacer un regalo.
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