L1: Escalar fácilmente el muro hasta llegar al nicho a 7 metros del suelo, que se recorre de derecha a izquierda en su totalidad. Recomendable proteger la salida del nicho (C4 #1 (Camalot rojo), el siguiente parabolt está cerca, pero el suelo también). Escalar el muro (V) hasta una repisa y atravesarla hacia la izquierda atravesando dos nichos. A la salida del segundo, arriba, está la reunión.
L2: Superar la panza (6a+) que domina la reunión por su izquierda y escalar con ligera tendencia a la derecha hasta alcanzar un nuevo nicho, del que saldremos hacia arriba por su izquierda para alcanzar fácilmente "el trono", repisa de la segunda reunión.
L3: Comenzar por un corto diedro encima de la reunión y salir de él (V+) con tendencia a la izquierda hacia otro diedro poco marcado. Por terreno muy fácil pero expuesto (un solo puente de roca en 10 metros) alcanzar un parabolt que marca el comienzo de la diagonal hacia la derecha que, buscando los pasos más fáciles, nos lleva a la reunión.
L4: Escalar el muro a la izquierda de la marcada fisura situada encima de la reunión y, una vez superada, seguir fácilmente por un muro hasta llegar a la cueva (vivac en la primera ascensión). Superar trabajosamente el techo (6b/A0) y tras un corto paso de diedro (recomendable proteger) llegar a la reunión.
L5: Seguir sin problemas por el diedro, con atención a la pésima roca del muro de la derecha. Llegar a la cueva -más fácil de lo que parece desde abajo- protegida con un clavo y un puente de roca (V+) y al llegar a las cornisas herbosas y terrosas de debajo del collado del Puro, desplazarse a la derecha bajo la chimenea en busca de la reunión. Posibilidad de enlazar L4 + L5 (53 metros).
L6: Superar el corto muro situado encima de la reunión y por un corto diedro (IV+), entrar en la reunión a la que llegan los que vienen desde el collado del Puro.
Paso de hombros. Rabadá sobre Montaner |
L8: Fácil largo (IV+) en el que el diedro definitivamente se convierte en chimenea avanzando fácilmente en X gracias a la cercanía de las paredes y al tamaño generoso de las presas.
L9: Largo muy corto (IV+) con las mismas características que el anterior. Posibilidad de enlazar L8 + L9.
L10: La chimenea se va cerrando (V) hasta terminar convirtiéndose de nuevo en diedro. Reunión a la izquierda en la cornisa "edílica" (vivac en la primera ascensión) utilizada antes del reequipamiento para terminar por el escaqueo de la izquierda, pero con el primer seguro un poco alejado si vamos a seguir por la vía original.
L11: Seguir por el diedro aprovechando la fisura y las presas del muro de la izquierda (6a) hasta que se pierde verticalidad progresivamente y se alcanzan las primeras sabinas de la cima. Ultima reunión con dos paraboles sin argolla a la derecha de la segunda gran sabina en terreno ya definitivamente tumbado. Posibilidad de enlazar L10 + L11 (55 metros). Cima.
En la cornisa "edílica". Último vivac |
Pasos clave:
1er largo. Muro a la salida del 1er nicho. Roca descompuesta en los nichos.
2º largo. Panza de salida de la reunión. Paso fino, pero excelentemente asegurado. Roca descompuesta en el nicho.
3er largo. Tras el cuarto seguro (buen puente de roca) hay varios metros de escalada fácil sin ningún seguro hasta llegar al parabolt. Posibilidad de proteger el paso con el Camalot #0.5 (morado).
4º largo. Cueva del vivac. Salida dura en libre, sin problemas en artificial.
5º largo. Roca descompuesta en el muro de la derecha. Cueva con salida algo exigente.
7º largo. Panza que cierra el diedro.
11º largo. Diedro final con algún paso exigente.
Ver descenso del Pisón.
Los motivos del reequipamiento de la parte inferior:
Ver historia de la apertura.
Pasaban los años y eran escasísimas las cordadas que se aventuraban a subir la Serón-Millán sin atravesar desde el collado del Puro y quienes lo hacían, la mayor parte de las veces terminaban rapelando desde la primera o segunda reunión. Muestra de estos abandonos era la acumulación de cordinos, buriles y clavos en las primeras reuniones, llegando a encontrarse en "el trono" una unión de diversos anclajes que sumaban dos metros de extremo a extremo... y ésta era sólo una de las tres reuniones similares que entre la "cicatriz" y el "trono" existían.
Parte del material retirado de la vía tras el reequipamiento |
El actual reequipamiento de la parte inferior -restauración, habría que decir- se llevó bajo el más estricto seguimiento a la ética de los reequipamientos, respetando la personalidad de la vía tanto en lo referente a su itinerario, como al número de seguros emplazados: la restauración se realizó con el permiso de Cintero, realizada desde abajo y sustituyendo seguros viejos por nuevos, llevado esto último a cabo sin añadir mayor número de anclajes que los que ya existían; aún diría más, ahora hay menos anclajes de los que había en un principio al eliminar la sobreacumulación de buriles en las reuniones. Sólo se ha modificado mínimamente el emplazamiento de los anclajes fijos en unos pocos casos para evitar rozamiento innecesario y evitar las cornisas en las caídas. De la inutilidad real del material encontrado se podría hablar largo y tendido, pero pondré sólo tres ejemplos:
1.- buril que salta en el muro del primer largo haciendo una suave palanca
2.- clavo retorcido que se parte al principio del tercer largo al primer intento de extraerlo
3.- clavo que salta en el nicho del segundo largo con la tensión producida en la cuerda por una caída ¡¡del segundo de cordada!!
Toda esta explicación viene a cuento porque, tras obtener el permiso de Cintero en 2009, la noticia corrió de boca en boca entre los veteranos y dicha restauración despertó muchas dudas en escaladores a los que tengo mucho aprecio: Villarig en su blog y Jesús Bernal en el comentario a ese mismo post no veían clara la necesidad de reequipar la vía y abogaban por dejarla como estaba.
Tercer largo |
Séptimo largo |
Pero quiso la necesidad o la urgencia de aquellos viajes “relámpago” en moto que hacían Anglada y compañeros a Riglos, que optaron por aquella combinación por el collado del Puro y así hacer posible llegar el sábado, escalar el domingo y volver esa misma noche a Barcelona. Así lo hicieron Anglada y Guillamón, al año siguiente o sea en 1958 y yo mismo con Navarro en 1959, que aunque Zaragoza estaba más cerca, los horarios del tren eran aún más restrictivos que los de las motos. Hay que esperar tres años más, o sea 1962, para que Colomer y Mas hagan la tercera combinación y hasta 1965 para que Ursi e Ibarzo hagan la primera repetición de la vía completa, ocho años después. Este mismo año se repite otra vez por el collado.
En fin, que esta “combinación” de escalada aérea y rápida deviene en clásica, mientras la original se ha hecho muy pocas veces y quedado casi en el olvido, ayudada por la dificultad propiciada por la mala roca y su desequipación. Me llega el rumor de que piensan equiparla; no estoy seguro de que sea una buena idea, tal como está puede seguir siendo terreno de aventura para quienes lo quieran así y para osados o coleccionistas. Mientras que vías paraboleadas ya son muchísimas.Si se queda como está, en la memoria colectiva seguirá siendo, “la parte de abajo de la Serón-Millán”.Y si se prepara, pasará a ser otra vía más.
Y el comentario de Jesús Bernal: sería una putada que arreglaran esa parte inferior para deportiva; creo que ya hay bastantes vías deportivas y al final no quedará nada escalable tradicional.
Yo repetí esa parte inferior hace treinta y tantos años y me lo pase de puta madre, ocho horas para subir setenta u ochenta metros. Sudores, terror, esfuerzo salvaje, un vivac en una cornisa a setenta metros del suelo, vivencias que a nadie interesan ahora pero que a mi me gusta recordar.
Es otra forma de escalada, con altísimo riesgo, que pienso no debería desaparecer, hay pared para todo y para todos, no jodamos ni desvirtuemos las paredes míticas que han hecho progresar esta actividad.
Los chavales actuales suben por sitios increíbles, enhorabuena, pero también deben respetar lo que hicimos las generaciones anteriores.
Si el espolón del Fire, más o menos se ha respetado en su concepción original, respetemos también algunas vías como ésta, la vía de Verano, etc.
Los tiempos cambian y en cada época la gente que utiliza las paredes es la que decide, pero creo que hay una serie de cosas que deberían conservarse, aunque sólo sea como arqueología.
Bueno, ya no me enrollo más, pero yo nunca podría haber subido por las directas de la Visera en libre, no me dan los brazos para tanto, y nunca se me ha ocurrido ir a coserlas de buriles, tipo la antigua Carnavalada, para darme el gustazo de pasar por allí.
Un poco de respeto con lo que se ha hecho anteriormente no vendrá nunca mal, aunque sea sólo en sitios muy puntuales.
Quinto largo |
Ubicación original de ambos testimonios en el blog de Gregorio Villarig.
También Pepe Díaz, aunque de esto nos enteraríamos después, manifestó en el Anuario 2009-10 de Montañeros de Aragón su disconformidad por el "reequipamiento deportivo" de la vía y porque nadie le había consultado. Personalmente, esta doble crítica me dolió de manera muy particular. Al obtener el permiso de Cintero -junto a Rabadá, el impulsor de la apertura- dimos por hecho que Pepe Díaz, quien no se manifestó en contra cuando se realizó el reequipamiento de la parte superior, también estaba de acuerdo. Por otro lado, definir como "deportiva" la sustitución de anclajes viejos por nuevos, nos pareció tan injusto como erróneo.
La vía en absoluto ha quedado en "concepción deportiva" y sería un error afrontarla como tal; tras el reequipamiento de la parte superior era necesario hacer lo propio en la parte inferior, ya que se quedó una vía completamente desvirtuada en su conjunto y olvidada en su parte más difícil y meritoria, llegando a darse el caso de que mucha gente desconocía la existencia de esa mitad inferior de la Serón-Millán. Desde que los aperturistas abrieron la vía, muchos escaladores fueron dejando material a lo largo de su recorrido cuando no se fiaban de la resistencia de aquello que encontraban ya puesto, siendo en su momento material fiable, pero que con la corrosión y el paso del tiempo han dejado de ser eficaces para detener una caída o, en algún caso como los ya relatados, incluso para sostener el peso de una persona. La acumulación de "ferralla" y cordinos, especialmente numerosa en las reuniones, era escandalosa a la vez que poco útil. Quien colocara en su día esos anclajes lo hizo para que le aguantara una hipotética caída y hoy en día, en buena parte, ese material ya no cumplía con su función.
Serón-Millán. Itinerario integral |
En la Semana Santa, una cordada de croatas que escalaba el tercer largo sufre un accidente. Un bolo que se desprende provoca una tremenda caída de unos 15 metros del primero de cordada detenida por el puente de roca y sin consecuencias demasiado graves para lo que podía haber pasado. La mejoría del tiempo en abril hace que la gente se arremoline en la base de la vía y son varias las piedras que caen muy cerca de los curiosos. Definitivamente, parece ser que la tranquilidad con la que se trabajaba las primeras veces, no se va a repetir hasta que no vuelva el frío.
Montaner, "Cintero", Rabadá y Díaz |
Espero que este trabajo sirva para que quien recorra estos muros admire el buen hacer y la valentía de los cuatro excepcionales aperturistas: Rafael Montaner, Ángel López "Cintero", Alberto Rabadá y Pepe Díaz.
Para terminar, aquí tenéis el enlace a la noticia en Barrabes tomada a partir de este artículo, con reseñas de Felipe Guinda.