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Lo primero, la montaña

Espolón Norte del Pisón

Hablaba en un artículo anterior del “pique” entre los escaladores aragoneses y catalanes por la conquista de los mallos y me acabé en la trifulca por la primera repetición de la Serón-Millán. Sin entrar en si aceptamos como primera repetición la de Anglada y Guillamón o si sólo consideramos válida la de Ursi e Ibarzo que empezaron desde el suelo, el caso es que en el collado del Puro la cordada catalana encontró un filón.

La Anglada-Guillamón.

De las vías que firmó la cordada Anglada-Guillamón, las más conocidas puedan ser las de la paret de les Bagasses, la norte del Pedraforca y la del Pisón. Entre estas dos últimas aperturas hay apenas unos días de diferencia y un larguísimo viaje en moto entre Berga y Riglos en el prolífico mes de julio de 1958.

La Anglada-Guillamón que nos ocupa, sigue siendo hoy en día la escalada más larga de todos los mallos ya que para llegar a su inicio hemos tenido que recorrer casi la totalidad de la normal al Puro y desde ahí continuar dos largos más de cuerda en fácil travesía por las amplias cornisas del Pisón. Después de esto, aún nos quedará la mitad superior del espolón norte hasta llegar a la cima.
Cuentan las malas lenguas que mientras la cordada catalana recorría las cornisas del Pisón buscando el punto desde donde atacar, Bescós, Virgili y Montaner, que se encontraban justo enfrente peleándose con los desplomes de la sur del Fire (ver Galletas), daban gritos -no precisamente de ánimo- a la cordada rival por haber caído de nuevo en la tentación de no haber empezado la escalada en el suelo. Un año después, Navarro y Villarig realizaron la primera repetición, pero a ellos no les gritó nadie.

Y es que lo de los gritos maños no debía de ser una cosa extraña. En otra visita a Riglos, los catalanes se dirigían a tentar las posibilidades del espolón del Fire –todavía sin abrir- cuando desde las alturas sintieron el cordial recibimiento de Rabadá: “¡¡Ya vienen los cabrones de los catalanes a jodernos el espolón del Fire!!”. La flema británica de Anglada le llevó a concluir que como ninguno de los presentes tenía pareja, lo de cabrones no podía ir por ellos y continuaron como si tal cosa.

Espolón Norte integral

La tarea de realizar una vía en el espolón norte que empezara desde el suelo la completaron la cordada formada por Alfonso del Corral, Ambrosio García-Izquierdo, Valentín Asensio y Fernando Orus en 1975 retomando un viejo proyecto de Ramón Cóndor -que había abierto el primer largo hasta el nicho- y a quien dedicaron la vía.

En el curso de la apertura del Espolón Norte Integral o Directa Anglada, Fernando Orús sufrió un grave accidente en los primeros metros de escalada que dieron con sus huesos en el suelo y del que se recuperó satisfactoriamente tras una larga convalecencia. No fue el único accidente en el espolón norte; en la parte superior, debido a lo podrido de la roca en la entosta, también se produjeron accidentes más o menos serios con espectaculares vuelos de toda la longitud de la cuerda y factor 2 de caída que generaron laboriosos rescates, como el de J.L. Lalana que tuvo que estar día y medio con el húmero roto hasta que le pudieron depositar en el suelo.

Breve reseña de la Anglada-Guillamón:

Desde el suelo, alcanzar el collado del Puro por cualquiera de las posibles vías. Una vez ahí, subirse en la piedra empotrada y trepar unos 3 o 4 metros por el Pisón hasta una evidente cornisa. Recorrerla hacia la izquierda hasta el final (R). Escalar siempre hacia la izquierda 2 metros hasta otra repisa, también recorriéndola hasta el final (R). Desde ahí, y ya por fin en vertical, recorrer el amplio espolón norte que poco a poco va tumbando hasta situarnos algunos metros por debajo de la entosta (R). Avanzar primero recto por terreno fácil -no hay chapas en los primeros metros- y después en diagonal hacia la izquierda hasta llegar a la base de la entosta, que se supera por su lado izquierdo (reuniones en su base y su cima). La entosta es mejor ni tocarla y escalar todo por el muro ya que está muy descompuesta. Desde la cima de la entosta, por muros tumbados y sin itinerario muy definido alcanzar las sabinas de la cima del Pisón.

V. Equipada en los pasos más difíciles, recomendable un juego de fisureros. Descenso por los rápeles del Pisón. Cuerdas dobles para minimizar los roces. 4 horas.

Las fotos son de Cheba, excepto la de Alfonso del Corral que está extraída del libro Montañeros de Aragón, 75 años de alpinismo y la de Francisco Guillamón, que está extraída del número 16 de los Cuadernos Técnicos de Barrabés.

3 comentarios:

  1. Buen artículo...y peazo vía!!!

    Salu2

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  2. Enterate mejor del accidente de Lalana. Creo que voló los 50m. de cuerda, más otros 50m. por debajo de la reunión, que milagrosamente aguantó.

    Ignoro si fue así o es otra de tantas leyendas...


    Buen artículo "arqueobólogo" :-)

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  3. Vlady: gracias. La vía está bastante bien, aunque sabe a poco si lo que vas buscando es dificultad. La Integral no la he hecho, no te puedo decir nada, pero se comenta que es una elección muy buena.

    Cheba: Te digo todo lo que sé. El accidente fue el 2 de junio de 1965 y la cordada era la formada por Jesús Pérez "Poncho" y José Luis Lalana, que se parte el húmero, se hace una brecha en la cabeza y sufre los golpes típicos de una caída tan bestia. Debido a que se está celebrando una acampada en Rasal, ese día no hay nadie escalando en Riglos, excepto Julio Porta y José F. Martínez Peco que logran llegar ahí y vivaquear. Al día siguiente logran descender a Lalana hasta el suelo.
    No sé más.

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