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Fantasmas en el Mascún.
La surgencia del Mascún.
En un par de artículos he ido recordando la carga misteriosa que rodea al Mascún. Una tradición antiquísima y un redescubrimiento moderno han dejado en este barranco una impronta toponímica que se solapa entre lo añejo y lo reciente sin saber muy bien qué es lo que corresponde a cada época.
Cada vez que hablo de Guara se hace imprescindible citar a Enrique Salamero. Es en
Sierras de piedra y agua donde el autor desmenuza cada rincón de los barrancos, dando a conocer datos, historias y curiosidades que trascienden lo deportivo y muestran la cultura que rodeaba estos lugares antes de la llegada de los primeros “aventureros”. Sólo en el Mascún, sin contar ninguno de sus afluentes, Salamero recoge casi 40 topónimos de cascadas, caminos o puntos geológicos curiosos que debería de conocer aquel que se acerque a este lugar, enclave donde prácticamente cada espacio tiene su leyenda.
En lo que desde Lucien Briet se conoce como el Mascún inferior, la imaginación
colectiva –antigua y moderna- ha moldeado las piedras para darle formas familiares o reconocibles, plasmando en la toponimia ciertos nombres que hoy en día son bastante conocidos. Aún así, a mucha gente que reconoce sin dudar cualquiera de estos sitios se le hace difícil saber qué hay de tradición y de actualidad en algunos de esos nombres que nos hemos aprendido. Vamos a hacer un repaso a algunos de ellos.
El Beso. Tan romántico nombre es la moderna denominación del Puntarrón, ese lugar en el que la perspectiva nos puede engañar pensando que estamos ante un puente natural de tan próximas que se encuentran las rocas que cubren el Mascún.
Le pas du bain des pieds (baño de pies). Con este nombre tan descriptivo rebautizó Briet el Estrecho de la Fuen de l’onso, una badina permanente conocidísima por la foto que realizó el explorador francés en 1904 en la que precisamente se observa la profundidad que da nombre a dicho estrecho. La citada Fuen de l’onso –otra vez, como en la Bal d’Onsera, aparece toponímicamente el oso por estas tierras- se encuentra actualmente semioculta aguas arriba entre roca y vegetación.
El zapato o la zapatilla. A mí me cuesta ver un zapato, veo más una locomotora o una “botilde” del 1, 2, 3. Hay quien dice que hay que verlo invertido, o que hay que mirarlo con la punta a la derecha… no me termina de convencer. De hecho, también se conoce como “la pipa”, así que cuando una misma roca da para tantas interpretaciones será porque no está del todo claro su parecido con ninguna de ellas.
El bolo d’o Real. Se conoce como O real de Mascún a la zona más ancha del Mascún, entre el Estrecho de la Fuen de l’onso y la fuente Mascún. Este llamativo bolo, que muestra de la fuerza que puede traer el Mascún, se encuentra varado en la orilla izquierda, enfrente del zapato.
Cuca Bellostas. Echo mano del Diccionario aragonés de Rafael Andolz para copiar una de las acepciones y dar explicación al topónimo. Cuca: Miembro viril, pene. Bellostas es una casa de Otín, en la que uno de sus habitantes (desconozco si el amo, aunque todo hace pensar que sí) alardeaba de “cuca” y de prole, con gran cantidad de hijos tanto fuera como dentro del matrimonio. Ante tanta fanfarronería, los vecinos de Otín con bastante guasa llamaron “la cuca de Bellostas” a la imponente aguja que domina todo el Real de Mascún.
Tras la escalada de esta aguja, en 1954 se renombró -sin éxito- como Aguja Manuel Bescós. La explicación la dejo en el texto de los autores de la primera escalada (ver reseña y croquis de la escalada), Fernando Orobigt y Esteban de Pablo: "No consigo quitar de mi mente el recuerdo de aquel aciago día en que un desgraciado accidente cortó la vida en flor del que fue compañero nuestro en la montaña y guía en la escalada, Manuel Bescós San Martín.
En aquel momento surgió en nosotros el firme propósito de que su nombre brillase con letras de gloria en la cumbre más alta que sin escalar hubiera. (...)Los Montañeros de Aragón (...)hacían a principios de marzo una excursión con el fin de confirmar los rumores oídos sobre la existencia de un monolito de unos 70 metros llamado por los vecinos del lugar la "Cuca Bellosta".
Distante a media hora del pueblo de Rodellar (Huesca) y enclavado en el Barranco de Mascún, cual centinela perpetuo, yergue su figura colosal el monolito que hoy lleva el nombre del que fue amigo y maestro Manuel Bescós (q.e.g.e.)"
Ciudadela. Es el nombre con el que se conoce a la Peña a Costera. Una costera es –vuelvo a copiar a Rafael Andolz- una “estribación de montañas y sierras en la proximidad de los pueblos montañeses (…)Suelen ser terreno pedregoso, estéril, muy inclinado, de roca viva con frecuencia.”. Decía Briet de la Peña a Costera que era una “fortaleza extraña, colosal. (…) Surge como ante un conjuro de Lucifer, hecha de roca pálida, manchada aún por la sangre de los que la habían tomado por asalto”.
El delfín. Para ver esta impresionante silueta hay que situarse a los pies de la Peña la Virgen, en el inicio de la ferrata. Tradicionalmente este enorme puente de roca y su vecino son conocidos como Os Ventanajes. Recomiendo no perderse la foto esférica de Ignacio Ferrando de la escalada en el Delfín de Rodellar.
Sobre escalada, que mucho hay, hablaré otro día.
Güen diya!m´a chiflado o tuyo reportache d´os nomes d´o Mascún,amás con o suyo parexiu con animals u talabartes pero te mancan una parella nomes:
ResponderEliminaro picón d´o cuervo, biella trocha de puyar en artifizial.
y uno crapazín (calavera) tamién en o Mascún.
Hola!
ResponderEliminarMe ha encantado el reportaje de la toponimia y los parecidos con animales o cosas.
Te faltan dos parecidos:
o picón d´o cuervo
y una calavera que hay en el mascún
Si quieres te envío las fotos. Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Vaya! "Crapazín". Puedes dar más datos, jamás lo he oido por el lugar.
ResponderEliminarHola, Enrique:
ResponderEliminarDesde ACOT (O trinquete) me mandaron ayer la foto. La he publicado en otra entrada:
Fantasmas del Mascún
Es un honor tenerte por aquí.
Un saludo,
Álex