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Lo primero, la montaña

Epigrafía e iconoclasia (Aguja Roja)


Comentaba en un post anterior los destrozos sobre el patrimonio físico y sentimental que se habían cometido en Riglos. Sin entrar en detallar la justificación o no de estos hechos, quería (también me lo han pedido) explicar un poco más sobre algo de la historia de la destrucción de iconos y recuerdos en los Mallos.

En las religiones clásicas, la única manera de sobrevivir en el más allá era que los vivos te recordaran utilizando para invocar la memoria un soporte perenne como la piedra: así surgió la epigrafía funeraria. Los escaladores de los años 50 y 60 debieron de pensar algo parecido, instalando lápidas allá donde alguien había muerto.

Este recuerdo a los muertos en Riglos fue más allá. En 1954 Luis Gómez Laguna fue designado alcalde de Zaragoza y en Riglos les debió parecer que el pequeño mallo situado detrás de la Aguja Roja llamado Gómez Laguna no era suficiente homenaje para el ilustre montañero -aparte de empresario, intérprete de alemán para la Legión Cóndor en la guerra civil y presidente de los Caballeros del Pilar- y en un ataque de oportunismo decidieron rebautizar el nombre a los mallos. Así que por decreto administrativo la Aguja Roja pasó a llamarse Peña Gómez Laguna.
Es muy interesante comprobar que este cambio de nombre no fue entendido desde los primeros momentos ni siquiera en los círculos más cercanos al alcalde franquista de Zaragoza. Tomás Tomás Ichaso, como Delegado Provincial de la F.E.M. firma un artículo en 1957 titulado "Claridad y justicia en la Toponimia de nuestras montañas" del que extraigo los siguientes párrafos en el que explica su perplejidad por el nuevo nombre de la Aguja Roja:
¿Puede, hablando en términos montañeros -que nuestro amigo Gómez Laguna entiende perfectamente- cambiarse el nombre de una cima?
La que hasta ahora se llamaba "Aguja Roja" fue escalada por primera vez por la cordada de Montañeros de Aragón formada por Francisco Fau y Ángel Serón el día 5 de junio de 1947 y utilizando el derecho que le concedían las costumbres y usos montañeros le asignaron este nombre que, como montañero, creo sinceramente que debe respetarse.
Por otra parte, detrás mismo de la Aguja Roja existe otro mallo que fue escalado por vez primera por lo ya citados Serón y Fau, acompañados por el también escalador de Montañeros de Aragón, Antonio Ansón, el día 6 de octubre de 1947. A esta cima, en un sencillo homenaje en la misma cúspide, a muchos metros del suelo, le fue impuesto el nombre de "Luis Gómez Laguna". Hace 10 años que los arriesgados escaladores que frecuentan Riglos reseñan entre sus actividades el "Mallo Gómez Laguna" ¿Tenemos, pues, a partir de ahora, dos mallos con el mismo nombre y, precisamente, juntos?

El discutido homenaje no sólo fue un trámite administrativo; como verba volant, scripta manent, el pueblo de Riglos decidió colocar una placa en el mallo rebautizado. Luis Gómez Laguna no murió hasta 1995, pero a mitad de los 50 ya tenía su homenaje epigráfico.
No tengo datos del tiempo que tardó la placa en ser destruida, pero por lo visto no fue demasiado. Son los efectos colaterales de tomar decisiones por el "ordeno y mando" en asuntos que trascienden de la lógica.

Pero la historia va más allá. El nombre de Peña Gómez Laguna era el tercero que se le asignaba al mismo mallo; anteriormente, los aperturistas del mallo, Serón y Fau, bautizaron el mallo como "la Remolacha", aunque definitivamente Aguja Roja triunfó más entre el círculo de montañeros. Incluso tras la segunda repetición del mallo, los escaladores que habían realizado esta ascensión expresaron su intención de haber llamado a la Aguja Roja Peña Aragón si no hubiera sido por haber tenido ya el nombre adjudicado por los aperturistas.

Reseña de la Normal de la Aguja Roja, aquí.
Reseñas de la Sureste clásica y la Villarig, aquí.

5 comentarios:

  1. Menudo lío, nombre para arriba, nombre para abajo.
    Por fin nos quedamos con Aguja Roja y santas pascuas. ¿Ok?

    Nunca me han gustado esas plaquitas conmemorativas a accidentados. Da mal fario. ¿No?
    Slds.

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  2. Voto por Aguja Roja que tiene un toque especial...
    HAsta la vista alpinistas

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  3. Brillante esta historia riglera.
    Al final Gomez Laguna tuvo que pasar a segunda división en un mallo sin (casi) ascensiones y sin placa??
    El pueblo hizo justicia

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  4. Sí, Aguja Roja mola más aunque Remolacha es mucho más descriptivo. La verdad es que se asemeja más a una remolacha que a una aguja, las cosas como son.

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  5. Gracias por recordarnos estas historias que dan un punto diferente añadido después de haber escalado la Aguja Roja (Remolacha, Aragon o Gomez Laguna).
    ¿Tienes datos de la primera ascension en Mallos d'Ernest Mallafré? ¿Por dondé escaló al Mallo que lleva su nombre?

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